La ministra de Sanidad, Mónica García ha navegado este jueves entre dos aguas para dar una respuesta desde el plano sanitario a la propuesta que también este mismo jueves ha lanzado la ministra de Seguridad Social Elma Saiz de plantear un sistema de bajas laborales ‘flexibles’. García recuerda, en una entrevista en el programa Hora 25, de la Cadena Ser, que la baja laboral es un “acto médico, de la misma manera que otros tratamientos”, si bien, la ministra considera que “puede haber casos de incorporación paulativa”. García considera que lo “prudente” es esperar a conocer “la letra pequeña” de la propuesta lanzada desde el otro ministerio.
Precisamente conocer esa “letra pequeña” del anuncio que hacia Saiz en un encuentro de Nueva Economía Forum es un reto más bien complicado. Por el momento, la ministra solamente ha expresado tres conceptos: el respeto a su carácter voluntario, la prioridad de la salud del trabajador y su carácter inminente. Tres conceptos que contrastan, especialmente el último, con el hecho de desconocer a quién se le podrá aplicar, cómo se va a desarrollar, o su entrada en vigor. Solamente hay una respuesta de la ministra indicando que se hará dentro de la Mesa de Diálogo Social, con sindicatos y patronal, donde se creará un grupo especial de trabajo. Es decir, que los agentes sociales tampoco la conocen.
Ante esa falta de solidez, desde algunos sectores se ha calificado la propuesta de ‘globo sonda’, aunque ese no ha sido el caso de los socios del Gobierno. Las respuestas, por una vez han sido casi unánimes: “Aberrante” para Podemos, “retroceso”, para Bildu y “peligrosa” para ERC. Incluso en el seno del propio Gobierno la división se hacía evidente una vez más. La vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Diaz, aseguraba que no lo va a consentir: “No vamos a consentir ninguna variación ni desvirtuación en la incapacidad temporal tal y como la tenemos concebida. Por tanto, tranquilidad a los trabajadores y trabajadoras. La salud no está en riesgo. El ministerio de Trabajo no va a consentir ninguna alternación”.
La propia ministra de Sanidad reconocía en la citada entrevista que el asunto no se había hablado entre los ministerios y que en el plano sanitario, la cuestión tiene que verse desde “el punto de vista del paciente”.
En ese sentido reclama que el médico es el responsable de prescribir el tratamiento “y se tiene que llevar a cabo como se hace con los demás”. “Se trata de mejorar la salud de paciente” y este debe ser a su juicio el eje central de la gestión de toda baja. Otra cosa es que puedan darse esos casos de incorporación paulatina, asegura, pero todo ello queda en manos del criterio de voluntariedad del paciente y, cabe entender, aunque la ministra no lo ha nombrado, de la decisión del profesional sanitario.
En parecidos términos se pronunciaba también el secretario de Estado de Sanidad, que en redes sociales explicaba que además, el proceso de incorporación paulatina solamente se debería orientar a un fin fundamental: “mejorar el proceso de recuperación”.
Padilla, que también espera a conocer lo que se propone desde la Seguridad Social, también criticaba no tanto el concepto, como la aplicación del criterio de ‘voluntariedad’. Dada la de cal, Padilla aportaba la de arena señalando que esta medida “bien implementada y con el trabajador en el centro, puede ser beneficiosa”. Este beneficio lo ejemplifica en procesos de ansiedad o depresión, o en ocupaciones concretas como puede ser el teletrabajo.
Padilla terminaba su argumentación, con las mismas palabras que la ministra: La salud es lo primero.
