En un estudio, los escáneres mostraron una circulación reducida en los cerebros de los jugadores de fútbol americano que no se habían recuperado de una lesión
LUNES, 2 de marzo de 2015 (HealthDay News) -- En los días y semanas tras una conmoción cerebral, con frecuencia proveer a los pacientes con una idea clara del tiempo de recuperación resulta difícil.
Ahora, un nuevo estudio de jugadores universitarios de fútbol americano sugiere que medir el flujo de sangre en el cerebro podría ayudar.
"Ofrece respaldo para el uso del flujo sanguíneo cerebral como señal objetiva para la evaluación inicial de una conmoción, además de medir el avance y la recuperación", dijo un experto, el Dr. Robert Glatter, médico de emergencias del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York. Glatter no participó en la nueva investigación.
Glatter explicó que tal como están ahora las cosas para los médicos ha sido difícil incluso confirmar si una persona ha sufrido una conmoción o no. Actualmente, los médicos dependen en gran medida de exámenes neurológicos o pruebas del equilibrio o la memoria y el pensamiento estándares.
Pero avances recientes en las tecnologías de los escáneres que rastrean el flujo sanguíneo en el cerebro podrían cambiar la situación, añadió Glatter.
El nuevo estudio fue dirigido por Timothy Meier, de la Mind Research Network y el Instituto de Investigación Biomédica y Ambiental Lovelace en Albuquerque, Nuevo México. Según los investigadores, estudios anteriores con animales han encontrado que una reducción del flujo sanguíneo en el cerebro es un marcador de una conmoción más grave.
El nuevo estudio incluyó a 17 jugadores universitarios de fútbol americano que habían sufrido conmociones, y un grupo de comparación de 27 jugadores de fútbol americano que no.
Los jugadores conmocionados se sometieron a escáneres para medir el flujo de sangre en el cerebro un día, una semana y un mes tras la conmoción. Los jugadores del grupo de control también se sometieron a una revisión del flujo sanguíneo en el cerebro.
El flujo sanguíneo en el cerebro también se comparó con los síntomas de los jugadores conmocionados.
En un informe que aparece en la edición en línea del 2 de marzo de la revista JAMA Neurology, el equipo de Meier halló que los jugadores que se recuperaron del todo a una semana o a un mes de la conmoción mostraban un flujo sanguíneo normal en el cerebro.
Pero el flujo sanguíneo siguió reducido en una parte clave del cerebro un mes tras la conmoción en los jugadores que se recuperaban con más lentitud, y en aquellos que tuvieron los síntomas psiquiátricos iniciales más graves, señalaron los investigadores.
"Hasta donde sepamos, este estudio provee la primera evidencia prospectiva de un flujo sanguíneo cerebral reducido y la recuperación subsiguiente tras una conmoción en una muestra homogénea de deportistas universitarios de fútbol americano", escribió el grupo de Meier.
Glatter cree que los escáneres podrían ser promisorios para la atención posterior a una conmoción cerebral. Si los hallazgos se replican en un ensayo mucho más grande, los escáneres podrían algún día usarse para "mejorar las decisiones sobre la monitorización de los deportistas, y de los pacientes que sufren traumas en la cabeza, y determinar si pueden volver a jugar o a trabajar de forma segura", planteó.
Glatter comentó, sin embargo, que la tecnología de IRM usada en el estudio no es portátil, lo que limita su uso potencial. Pero añadió que una tecnología alternativa, llamada doppler transcraneal, es más portátil y podría funcionar también.
El Dr. Kevin Curley es especialista en medicina deportiva del Hospital de la Universidad de Winthrop en Mineola, Nueva York. Dijo que aunque el nuevo estudio "no cambiará la gestión inmediata de las conmociones, ayuda a posiblemente explicar por qué algunas personas se recuperan con más lentitud".
Curley añadió que "cualquier medida que provea datos objetivos [para un mejor diagnóstico/pronóstico] es algo que se debe estudiar más".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Robert Glatter, M.D., emergency physician, Lenox Hill Hospital, New York City; Kevin Curley, M.D., Winthrop-University Hospital, Mineola, N.Y.; JAMA Neurology, news release, March 2, 2015