LUNES, 23 de marzo de 2015 (HealthDay News) -- Las personas que sufren de enfermedad de Parkinson que se someten a estimulación cerebral profunda podrían experimentar un alivio del dolor a largo plazo, sugiere un nuevo estudio coreano de tamaño reducido.
Pero tres cuartas partes de los pacientes contrajeron nuevos dolores en los músculos y las articulaciones ocho años después del procedimiento, hallaron los investigadores.
"Es potencialmente importante que algunos tipos de dolor mejoraran, pero también es importante comprender el motivo de que otros tipos de dolor no se beneficiaran de la estimulación", planteó el Dr. Michael Okun, director médico nacional de la National Parkinson Foundation.
El Dr. Michael Schulder, vicepresidente de neurocirugía del Hospital de la Universidad de North Shore en Manhasset, Nueva York, dijo que el dolor es común en estos pacientes.
"Hay poca duda de que el dolor es uno de los problemas asociados con la enfermedad de Parkinson", comentó. "Pero no se comprende del todo si se relaciona con la rigidez o con mecanismos anómalos en el cerebro. Además, la depresión y otros problemas psicológicos quizá tengan un rol", dijo Schulder.
La pregunta que este estudio deja sin respuesta es por qué los pacientes contrajeron nuevos dolores, señaló Schulder. "El dolor original mejoró, pero contrajeron nuevos dolores, así que al final es como un empate. Pero quizá habrían tenido más dolor si no se hubieran sometido a la estimulación cerebral profunda", anotó.
La estimulación cerebral profunda conlleva implantar mediante cirugía un paquete de pilas conocido como neuroestimulador en el cerebro. Envía minúsculos pulsos eléctricos a áreas objetivas en el cerebro, para bloquear las señales que provocan los temblores y otros síntomas motores del Parkinson, según la fundación.
Aunque éste y otros avances han ayudado a aliviar los problemas de movimiento asociados con el trastorno, se ha hecho menos por comprender el dolor debilitante asociado con el Parkinson, apuntan los expertos.
"Este estudio llama la atención sobre un área de la atención y la investigación sobre la enfermedad de Parkinson que es importante y que con frecuencia se descuida", enfatizó Okun.
Típicamente, no se mide el dolor preexistente ni su respuesta a la terapia de estimulación cerebral profunda, explicó.
El dolor que comienza tras la cirugía de implante también debe estudiarse, añadió Okun, y anotó que es probable que se relacione con la enfermedad en sí y con otras afecciones médicas.
Este último estudio aparece en la edición en línea del 23 de marzo de la revista JAMA Neurology.
Un equipo dirigido por el Dr. Beom Jeon, del Hospital de la Universidad Nacional de Seúl, estudió los efectos a largo plazo de la estimulación cerebral profunda sobre el dolor en 24 pacientes de Parkinson. Los investigadores midieron el dolor de los pacientes antes de la cirugía y ocho años después.
16 de los pacientes experimentaban dolor antes de la cirugía cuando no tomaban fármacos. Su puntuación promedio de dolor era de 6.2 en una escala de 1 a 10 en que el 10 representa el mayor dolor, reportaron los investigadores.
El equipo de Jeon halló que el dolor que sufrían antes de la cirugía había mejorado o desaparecido ocho años después.
Pero 18 de los pacientes sintieron un nuevo dolor durante el periodo de seguimiento.
El nuevo dolor afectaba a 47 partes del cuerpo, con una puntuación promedio de dolor de 4.4. Más de la mitad de los pacientes lo describieron como dolor y calambres en las articulaciones o en los músculos, dijeron los investigadores.
Este nuevo dolor muscular debe investigarse por separado, dijeron los investigadores, y anotaron que no parecía responder a la estimulación cerebral profunda.
"Encontramos que la estimulación cerebral profunda mejora el dolor de [la enfermedad de Parkinson], y que el efecto benéfico persiste tras un seguimiento a largo plazo de ocho años", concluyeron los investigadores.
"Además, la mayoría de pacientes contrajeron un nuevo dolor durante el periodo de seguimiento de ocho años. También encontramos que la estimulación cerebral profunda es sin duda menos efectiva para el dolor musculoesquelético y que [ese dolor] tiende a aumentar con el tiempo. Por tanto, el dolor musculoesquelético se debe abordar de forma independiente", concluyeron los investigadores.
Los autores de un editorial que acompañó al estudio dijeron que se necesitan ensayos más grandes, con un seguimiento más largo. "Por ahora, hemos aprendido que [la estimulación cerebral profunda] no elimina el dolor de [la enfermedad de Parkinson]", escribieron.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Michael Schulder, vice chairman, neurosurgery, North Shore University Hospital, Manhasset, N.Y., Michael Okun, M.D., national medical director, National Parkinson Foundation; March 23, 2015, JAMA Neurology