MIÉRCOLES 29 de abril de 2015 (HealthDay News) – Un nuevo estudio halló que muy pocos hospitales en los Estados Unidos están haciendo todo lo posible para proteger a los pacientes de una infección intestinal potencialmente mortal.
Científicos de la Universidad de Michigan investigaron cerca de 400 hospitales en todo el país para determinar qué medidas tomaban para prevenir infecciones por Clostridium difficile, las cuales matan a casi 30,000 estadounidenses al año y provocan malestares en cientos de miles más.
Los pacientes de hospital tienen un alto riesgo de contraer infecciones por C. difficile y sufrir graves efectos, especialmente si han tomado antibióticos, los cuales afectan la comunidad normal de las bacterias en el aparato digestivo. Los síntomas incluyen diarrea, fiebre, náuseas y pérdida del apetito.
"Durante la última década, la infección por C. difficile ha surgido como una amenaza para los pacientes, especialmente los más vulnerables y los adultos mayores, y ha incrementado su incidencia y su gravedad", dijo el doctor Sanjay Saint, autor principal del estudio, en un comunicado de prensa de la Universidad.
La investigación encontró que casi todos los hospitales utilizan una variedad de precauciones para proteger a los pacientes de la bacteria C. difficile, incluyendo la detección de infecciones y el uso de equipo de protección, cuartos separados y equipo de limpieza especial al tratar pacientes infectados con C. difficile.
"Existen muchas formas de intentar limitar el contagio, y según nuestra información parece que los hospitales están al tanto de la evidencia que respalda estas formas y están actuando en respuesta a aquellas en las que la evidencia es fuerte", señaló Saint.
Sin embargo, cerca de la mitad de los hospitales no ha establecido límites estrictos para el uso de antibióticos y otros medicamentos que podrían permitir que esta peligrosa bacteria prolifere, a pesar de que se ha mostrado que dichas restricciones funcionan, según el estudio.
"La principal área en la que existe una discrepancia importante entre la evidencia y la práctica es la administración antimicrobiana, es decir, limitar los antibióticos a casos totalmente necesarios. Esta es una oportunidad real para mejorar", concluyó Saint.
Además, casi tres cuartas partes de los hospitales no cuentan con políticas por escrito para examinar a los pacientes por una infección de C. difficile cuando desarrollan diarrea mientras toman antibióticos, o tras varios meses de tomarlos. La diarrea provocada por la bacteria C. difficile puede llevar a complicaciones peligrosas y la muerte en pacientes vulnerable, dijeron los investigadores.
El estudio se publicó en línea recientemente en la revista Infection Control and Hospital Epidemiology.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare