La enfermedad coronaria (aterosclerosis de las arterias coronarias) es la principal causa de muerte de hombres y mujeres en los Estados Unidos.
La causa exacta de la aterosclerosis no se conoce. Sin embargo, ciertas características, enfermedades o hábitos pueden elevar el riesgo de sufrir la enfermedad. Estas situaciones se llaman factores de riesgo. Cuantos más factores de riesgo tenga usted, más probabilidades tendrá de presentar aterosclerosis.
La mayoría de los factores de riesgo se pueden controlar, con lo cual se previene o retrasa la aparición de la aterosclerosis. Otros factores de riesgo no se pueden controlar.
Principales factores de riesgo
- Las concentraciones poco saludables de colesterol en la sangre. Esto abarca un colesterol LDL alto (este colesterol se conoce también como "colesterol malo") y un colesterol HDL bajo (que también se llama "colesterol bueno").
- La presión arterial alta. La presión arterial se considera alta si permanece en 140/90 mmHg o más por un período de tiempo. Si usted tiene diabetes o enfermedad renal crónica, la presión arterial alta se define como una presión de 130/80 o más ("mmHg" significa milímetros de mercurio y son las unidades en que se mide la presión arterial).
- El hábito de fumar. El hábito de fumar puede lesionar y estrechar los vasos sanguíneos, elevar las concentraciones de colesterol y subir la presión arterial. Además, no permite que llegue suficiente oxígeno a los tejidos del cuerpo.
- La resistencia a la insulina. Esta situación se presenta cuando el organismo no puede usar su propia insulina adecuadamente. La insulina es una hormona que ayuda a transportar el azúcar de la sangre al interior de las células, en donde se usa como fuente de energía. La resistencia a la insulina puede causar diabetes.
- La diabetes. En esta enfermedad las concentraciones de glucosa en la sangre son demasiado altas porque el organismo no produce suficiente insulina o no usa la insulina adecuadamente.
- El sobrepeso o la obesidad. Los términos "sobrepeso" y "obesidad" se refieren a un peso corporal superior al que se considera saludable para una estatura determinada.
- La falta de actividad física. La falta de actividad física puede empeorar otros factores de riesgo de la aterosclerosis, como las concentraciones poco saludables de colesterol en la sangre, la presión arterial alta, la diabetes y el sobrepeso o la obesidad.
- La alimentación poco saludable. Una alimentación poco saludable puede elevar el riesgo de sufrir aterosclerosis. Los alimentos ricos en grasas saturadas, grasas trans, colesterol, sodio (sal) y azúcar pueden empeorar otros factores de riesgo de la enfermedad.
- La edad avanzada. Al envejecer aumenta el riesgo de sufrir aterosclerosis. A medida que una persona envejece hay factores genéticos o de estilo de vida que pueden ocasionar depósitos de placa en las arterias. Para cuando la persona esté en la edad madura o sea mayor, se habrá acumulado suficiente placa como para causar signos o síntomas. En los hombres, el riesgo aumenta después de los 45 años. En las mujeres aumenta después de los 55 años.
- Los antecedentes familiares de enfermedad coronaria de aparición temprana. Su riesgo de sufrir aterosclerosis aumenta si a su padre o a un hermano le diagnosticaron enfermedad coronaria antes de los 55 años, o si a su madre o a una hermana se la diagnosticaron antes de los 65 años.
Aunque la edad y los antecedentes familiares de enfermedad coronaria de aparición temprana son factores de riesgo, eso no quiere decir que usted vaya a tener aterosclerosis si tiene uno o ambos factores de riesgo. El control de otros factores de riesgo puede a menudo disminuir la influencia genética y prevenir la aterosclerosis, incluso en personas de edad avanzada.
Se ha visto en estudios que un número cada vez mayor de niños y adolescentes corre el riesgo de sufrir aterosclerosis. Las causas son varias, entre ellas las crecientes tasas de obesidad infantil.
Nuevos factores de riesgo
Los científicos siguen estudiando otros posibles factores de riesgo de la aterosclerosis.
Las concentraciones altas de una proteína llamada proteína C reactiva (PCR) en la sangre pueden elevar el riesgo de sufrir aterosclerosis y ataque cardíaco. Las concentraciones altas de proteína C reactiva indican que hay inflamación en el cuerpo.
La inflamación es la respuesta del organismo frente a una lesión o infección. La lesión de las paredes internas de las arterias parece desencadenar el proceso de inflamación y contribuir al crecimiento de la placa.
El índice de aterosclerosis es menor entre las personas que tienen concentraciones bajas de proteína C reactiva que entre las que tienen concentraciones altas. Se están realizando investigaciones para averiguar si al reducir la inflamación y disminuir las concentraciones de proteína C reactiva se reduce también el riesgo de sufrir aterosclerosis.
Las concentraciones altas de triglicéridos en la sangre también pueden elevar el riesgo de sufrir aterosclerosis, especialmente en las mujeres. Los triglicéridos son un tipo de grasa.
Se están llevando a cabo estudios para averiguar si en el riesgo de presentar aterosclerosis intervienen factores genéticos.
Otros factores que influyen en la aterosclerosis
Otros factores también pueden elevar el riesgo de sufrir aterosclerosis. Entre ellos se cuentan:
- La apnea del sueño. La apnea del sueño es un trastorno en el que la persona hace una o más pausas en la respiración o respira de manera superficial durante el sueño. Sin tratamiento, la apnea del sueño puede elevar el riesgo de sufrir presión arterial alta, diabetes e incluso un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
- El estrés. Se ha demostrado en investigaciones que de los factores que pueden provocar un ataque cardíaco el que más se menciona es un acontecimiento que cause alteración emocional, especialmente si se trata de uno que implique ira.
- El consumo de alcohol. Beber en exceso puede lesionar el músculo cardíaco y empeorar otros factores de riesgo de la aterosclerosis. Los hombres no deben tomar más de dos bebidas alcohólicas al día. Las mujeres no deben tomar más de una bebida alcohólica al día.