JUEVES, 27 de agosto de 2015 (HealthDay News) -- El daño hepático grave podría ser cuatro veces más común entre los estadounidenses con la infección de hígado hepatitis C de lo que se creía, sugiere un estudio reciente.
Unos investigadores analizaron a casi 9,800 pacientes de hepatitis C, y se enteraron de que usar solo una biopsia para revelar la cirrosis hepática (que indica cicatrización en el hígado) probablemente subestime la prevalencia.
La aparición reciente de medicamentos que pueden curar la hepatitis C, un "asesino silencioso" que con frecuencia no se detecta hasta que la enfermedad avanzada se establece años más tarde, dan peso a los nuevos hallazgos, señalaron los médicos.
"Creíamos que sería importante ofrecer a la comunidad de la atención sanitaria algún cálculo de la gravedad de la enfermedad del hígado entre los pacientes de hepatitis C, porque es una pregunta muy frecuente: ¿Qué tan enferma está esta comunidad?", planteó el autor del estudio, el Dr. Stuart Gordon, director de hepatología del Hospital Henry Ford, en Detroit.
La hepatitis C es una enfermedad viral que por lo general se propaga a través del contacto con la sangre de una persona infectada, y se calcula que acaba con las vidas de 500,000 personas cada año en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Se cree que unos 2.7 millones de estadounidenses tienen hepatitis C crónica, que cuando no se trata puede conducir a la cirrosis y a la insuficiencia hepática o al cáncer de hígado, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Para el estudio, Gordon y su equipo analizaron los expedientes de 9,783 pacientes de hepatitis C atendidos en cuatro grandes sistemas de atención sanitaria de EE. UU. Los expedientes indicaban que el 29 por ciento de los pacientes tenían evidencia de daños en el hígado, o cirrosis. Pero los expedientes médicos no indicaban la cirrosis en el 62 por ciento de esos pacientes, encontró el estudio.
La biopsia de hígado se considera el estándar de excelencia para el diagnóstico de la cirrosis, pero los investigadores encontraron una prevalencia cuatro veces más alta de cirrosis entre los pacientes que la que mostraba la biopsia sola. Otras pruebas clínicas, que incluyen análisis sanguíneos y un sistema no invasivo de puntuación conocido como índice FIB-4, también pueden revelar la cirrosis, pero no se usan lo suficiente, dijo Gordon.
"Nuestro trabajo tiene varios mensajes, pero uno es que si piensa simplemente confiar en una biopsia de hígado para establecer un diagnóstico de cirrosis hepática, subestimará grandemente la prevalencia", dijo. "Hay que sospechar e intentar llegar a ese diagnóstico de cualquier forma posible".
Otra experta en la enfermedad del hígado se mostró de acuerdo con esa afirmación.
"Hace mucho que reconocemos que lo que ha sido nuestro estándar de excelencia en el diagnóstico de la cirrosis tiene limitaciones. Pero ver un solo trozo de un área del hígado no necesariamente refleja lo que sucede en otras partes del órgano", dijo la Dra. Andrea Cox, profesora asociada de medicina y oncología del Centro de Enfermedades Infecciosas para la Hepatitis Viral Johns Hopkins, en Baltimore.
"Este [nuevo estudio] confirma el beneficio de evaluar el estado del hígado de una persona de varias formas", añadió Cox, que no participó en la nueva investigación.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición de este mes de la revista The American Journal of Gastroenterology.
Con la aparición de nuevos fármacos que pueden curar la hepatitis C, que antes era tratable pero no curable, es incluso más importante que los infectados sepan su estado y busquen atención antes de que el virus provoque una enfermedad avanzada o cáncer del hígado, señalaron los expertos. Pero el principal obstáculo para el uso generalizado de los fármacos es su enorme costo.
El año pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprobó varios tratamientos para la hepatitis C. Uno, conocido bajo la marca Harvoni, puede curar al 90 por ciento de los pacientes de hepatitis C tipo 1, la forma más común, tras doce semanas de uso. Pero el Harvoni cuesta más de 94,000 dólares por un régimen completo, y algunas aseguradoras han dicho que solo cubrirán el costo del fármaco para los pacientes más enfermos.
"Claramente deseamos evitar que los pacientes lleguen a la etapa de la cirrosis, que es en esencia un estado previo a la malignidad en que hay que evaluar el cáncer de hígado durante el resto de su vida", dijo Gordon, explicando el motivo por el que tratar la hepatitis C resulta esencial.
En respuesta al alto costo de los medicamentos para la hepatitis C, un panel de expertos en atención sanitaria recomendó que los programas de Medicaid federales y estatales amplíen el acceso a esos fármacos recetados, reportó el miércoles el The New York Times.
Las restricciones sobre los medicamentos que han impuesto varios estados son incompatibles con la buena práctica médica, según los expertos del Servicio de Salud Pública y el Consejo Asesor sobre el VIH/SIDA del Presidente Obama.
Aunque los estados pueden obtener descuentos, cada pastilla del medicamento sigue costando más de 600 dólares.
El panel no sugirió cómo se debe financiar un acceso más amplio a los fármacos. Pero sí dijo que Medicaid y otros programas públicos deben revelar los precios que pagaron, y también señalaron que los fabricantes deben revelar los costos de desarrollar y producir los medicamentos, reportó el Times.
Gordon dijo que su investigación no buscaba enfatizar la necesidad del tratamiento, sino enfatizar la gravedad del daño en el hígado de los pacientes de hepatitis C.
A pesar del alto costo del tratamiento, es rentable para los que tienen una enfermedad hepática avanzada, cuyos costos de atención sanitaria ya están aumentando, señaló Cox. Prevenir la infección con la hepatitis C es vital, añadió, y los científicos están desarrollando una vacuna efectiva contra la infección.
"Este estudio resalta que tenemos medidas efectivas para detectar la enfermedad del hígado, y que deben ser implementadas ampliamente", comentó.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Stuart Gordon, M.D., director, hepatology, Henry Ford Hospital, Detroit, Mich.; Andrea Cox, M.D., Ph.D., associate professor, medicine and oncology, Johns Hopkins Infectious Disease Center for Viral Hepatitis, Baltimore, Md.; August 2015, The American Journal of Gastroenterology; The New York Times