LUNES, 21 de septiembre de 2015 (HealthDay News) -- Los niños a quienes se extirpan las amígdalas para tratar la apnea del sueño son más propensos a sufrir complicaciones respiratorias que los niños que se someten al procedimiento por otros motivos, muestra una revisión reciente.
Los investigadores encontraron que, en 23 estudios, más o menos el 9 por ciento de los niños que se sometieron a una amigdalectomía contrajeron problemas respiratorios durante o poco después del procedimiento. Pero el riesgo fue casi cinco veces más alto para los niños con apnea del sueño que para los demás niños.
Los expertos dijeron que los hallazgos, que aparecen en la edición en línea del 21 de septiembre de la revista Pediatrics, no deben asustar a los padres ni hacerles evitar un procedimiento que podría ayudar a sus hijos.
En vez de eso, dijeron, los médicos deben estar conscientes de que los niños con apnea del sueño tienen unas probabilidades más altas de complicaciones respiratorias, como unos niveles bajos de oxígeno en sangre, durante y poco después del procedimiento.
Los padres también deben saberlo, dado que las dificultades respiratorias pueden surgir más adelante, dijo el investigador principal, el Dr. David Gozal, jefe de pediatría de la Universidad de Chicago.
"Después de que se vayan a casa, los padres deben estar atentos a los problemas con la respiración. Eso incluye vigilar al niño mientras duerme, al menos durante las primeras 24 horas", dijo Gozal.
"En la mayoría de casos, no pasará nada", aseguró Gozal. "Pero es importante que los padres estén conscientes de que una amigdalectomía puede conllevar [complicaciones], como cualquier otro procedimiento quirúrgico".
Entre un 1 y un 5 por ciento de los niños sufren de apnea obstructiva del sueño, un trastorno en el cual los tejidos de la garganta se constriñen durante el sueño, provocando repetidas pausas en la respiración. Los ronquidos ruidosos son el síntoma más obvio, pero la somnolencia diurna y los problemas de atención también son señales de advertencia.
En los niños, con frecuencia la apnea del sueño se debe a la inflamación crónica en las amígdalas y las adenoides, unos tejidos que combaten la enfermedad que se encuentran en la parte trasera de la garganta y en las cavidades nasales. Es usual que se recomiende la cirugía para extirpar el tejido.
En Estados Unidos, más o menos medio millón de niños se someten a una amigdalectomía cada año, y la apnea del sueño es el motivo más común, dijo Gozal.
El procedimiento frecuentemente resulta efectivo: los estudios muestran que alrededor del 80 por ciento de los niños se liberan de los síntomas o éstos mejoran de forma sustancial.
"Cuando se eliminan los síntomas de apnea del sueño de un niño, hay importantes beneficios para el desarrollo y cognitivos [mentales]", aseguró el Dr. Tod Olin, pulmonólogo pediátrico de National Jewish Health, un hospital con sede en Denver que se especializa en enfermedades respiratorias.
Dado que la apnea del sueño hace que se duerma mal, con frecuencia sus efectos aparecen mientras los niños están despiertos, como irritabilidad y problemas de atención, por ejemplo.
Los estudios muestran que curar la afección mediante cirugía puede mejorar los problemas de conducta y el rendimiento escolar, dijo Olin.
Los nuevos hallazgos son importantes porque cuantifican el riesgo de problemas respiratorios que conlleva la amigdalectomía, explicó.
Pero los padres también deben tomar en cuenta los beneficios potenciales, añadió.
Los hallazgos se basan en 23 estudios que observaron las complicaciones de la amigdalectomía. En general, el equipo de Gozal encontró que los problemas más comunes eran una "afectación respiratoria", sangrado, dolor y náuseas.
Cuatro de los estudios diferenciaron entre los niños que se sometían a la cirugía por la apnea del sueño de los que se operaban debido a infecciones recurrentes en las amígdalas. En esos estudios, los niños con apnea del sueño tenían cinco veces más probabilidades de sufrir de complicaciones respiratorias.
Por otro lado, tenían un riesgo más bajo de sangrado, por motivos que no están claros, dijo Gozal.
Según Gozal, la próxima pregunta importante es si los riesgos respiratorios son mayores en ciertos subgrupos de niños con apnea del sueño, como los que son obesos o tienen síntomas graves de apnea.
"Este estudio no puede responder a esas preguntas", lamentó Gozal.
Si los investigadores pueden determinar qué niños tienen el riesgo más alto, eso podría ayudar a gestionar su atención médica antes y después de la cirugía, plantearon Gozal y Olin.
Ahora mismo, los niños casi siempre se van a casa el mismo día, independientemente de si se someten a la amigdalectomía en una clínica ambulatoria o en un hospital, apuntó Olin. Dijo que es posible que quedarse una noche en el hospital o recibir una monitorización más prolongada tras la cirugía pudiera beneficiar a algunos niños, pero no está claro a qué niños.
Gozal ofreció otro consejo a los padres. "Si les recomiendan una amigdalectomía para tratar la apnea del sueño, asegúrense de que su hijo de verdad tenga apnea del sueño".
Los ronquidos ruidosos y la somnolencia diurna son síntomas, pero la única forma definitiva de diagnosticar la apnea del sueño es pasar una noche en un laboratorio del sueño, dijo Gozal.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: David Gozal, M.D., chair, pediatrics, University of Chicago; Tod Olin, M.D., pediatric pulmonologist, National Jewish Health, Denver; Sept. 21, 2015, Pediatrics, online