El Consell de Col·legis Farmacèutics de Catalunya (CCFC) y el Grupo de Dermatología de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic) han presentado la guía 'Atención compartida de problemas de la piel de baja complejidad en la farmacia comunitaria', un documento con el que los representantes de ambos colectivos profesionales persiguen optimizar la atención a pacientes que acuden a la farmacia comunitaria con este tipo de demandas.
La guía, para la que han contado con el patrocinio de Almirall, incluye protocolos de actuación basados en algoritmos de decisión para orientar, facilitar y homogeneizar la actuación farmacéutica en 23 de los motivos de consulta que reciben las boticas relacionadas con la piel, todas ellas de baja y muy baja complejidad, indicando desde la correcta orientación de la demanda, hasta su resolución a través de la indicación farmacéutica o su derivación eficaz al médico en caso de que sea necesario. Para cada consulta se incluye un cuadro con las características diferenciales de las lesiones y un conjunto de imágenes que favorezcan a identificarla.
A su vez, el documento incorpora una serie de síntomas y signos cutáneos que pueden motivar la consulta en primera instancia y recursos que pueden emplear los farmacéuticos para la generación de listados de medicamentos y principios activos relacionados con una patología en concreto.
La formulación magistral en dermatología
Entre las actuaciones que puede llevar a cabo el farmacéutico en el ámbito de la dermatología está la formulación magistral, una herramienta que permite, apuntan desde el Consell, "cubrir lagunas terapéuticas (por ejemplo, en el tratamiento de mucosas o uñas), solucionar dificultades de encontrar ciertos tratamientos, asociar principios activos para ayudar a que el paciente pueda seguir la medicación más fácilmente (en muchos tratamientos de psoriasi) y sustituir excipientes que puedan ser perjudiciales (por ejemplo, cápsulas sin lactosa para los intolerantes a esta sustancia)".
La farmacia también puede recurrir, apuntan, a la cosmética individualizada con base en las necesidades específicas de cada paciente. "Un ejemplo sería elaborar una fórmula para hacer frente a síntomas como el prurito en personas mayores (definida como la sensación de malestar en la piel que provoca un deseo irreprimible de rascarse), puesto que al tener la piel sensible e irritada tiende a ulcerarse por el rascado", señalan.