La Dirección General de Fiscalidad y Unión Aduanera de la Comisión Europea ha publicado un estudio exploratorio sobre los impuestos sanitarios desde una perspectiva de la UE. El estudio ofrece un análisis exhaustivo de la situación actual de los impuestos sobre los productos con alto contenido en grasas, azúcar y sal (HFSS) en la Unión Europea, incluyendo su diseño, aplicación e impacto en la salud pública.
Las enfermedades no transmisibles, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, representan el 80 % de la carga de morbilidad en la UE, con importantes implicaciones para los presupuestos nacionales de salud. El estudio concluye que la imposición de impuestos a los alimentos poco saludables, como las bebidas azucaradas, tiene el potencial de ayudar a abordar este desafío. Cabe destacar que existe evidencia de que los fabricantes han reducido el contenido de azúcar en los refrescos tras la introducción de medidas fiscales. Los aumentos de precios relacionados también provocaron una reducción del consumo y una transición hacia productos más saludables, cuya magnitud varía según el país.
Doce países de la UE ya gravan los refrescos y otros planean hacerlo, motivados por consideraciones tanto sanitarias como fiscales. El estudio señala que el diseño y la implementación de estos impuestos pueden variar significativamente entre los Estados miembros de la UE, lo que puede generar diferencias en su efectividad e impacto.
El estudio también considera la posibilidad y el potencial valor añadido de un impuesto armonizado de la UE sobre los refrescos. Un análisis inicial señala que la armonización de los impuestos sanitarios a nivel de la UE podría ayudar a reducir las diferencias en los tipos y estructuras impositivas entre los Estados miembros y promover una mayor igualdad de condiciones para empresas y consumidores. Sin embargo, el estudio también señala que cualquier esfuerzo para armonizar los impuestos sanitarios debería tener en cuenta las diferentes prioridades de salud pública y los contextos fiscales de los Estados miembros de la UE.
El estudio concluye que los impuestos sanitarios pueden ser una herramienta útil para promover la salud pública y generar ingresos para los presupuestos nacionales, pero que su diseño e implementación deben considerarse cuidadosamente para garantizar su eficacia y equidad. La Comisión Europea utilizará las conclusiones de este estudio para continuar el diálogo con los Estados miembros y colaborar con un grupo más amplio de partes interesadas para fomentar el intercambio de información y mejores prácticas.