Durante la semana de la innovación y la sostenibilidad WHINN que acaba de celebrarse en Odense (Dinamarca), Alpana Mair, responsable de Prescripción y Terapéutica Eficientes del Gobierno de Escocia ha presentado el proyecto europeo SIMPATHY para el manejo de la polimedicación.
Mair recordó que en Europa se registran cada año 8,6 millones de hospitalizaciones por efectos adversos de la medicación, de los cuales podría evitarse la mitad. También indicó que el 70% de esos episodios se presentan en pacientes mayores de 65 años que están tomando cinco medicamentos o más.
En un análisis sobre 186 países llevado a cabo por el equipo de Mair para el proyecto se observó que un 4% del gasto público evitable tiene su origen en la polifarmacia, y que un 0,3% de la factura sanitaria total podría ahorrarse con un mejor manejo de los pacientes polimedicados. El ahorro total estimado sería de 18.000 millones.
Los responsables de SIMPATHY están trabajando, entre otros programas, en una metodología para determinar, sobre una escala, cuándo es inadecuada la polimedicación. “En según qué perfil de pacientes, tres fármacos ya pueden resultar excesivos”, aclaraba.
El secreto del éxito
Durante toda la presentación, la ponente –farmacéutica de profesión- insistió varias veces en el peso fundamental de la labor del farmacéutico. Una de las claves para el éxito de los programas que se irán desarrollando bajo el paraguas de SIMPATHY es que sus responsables sean profesionales de diferentes disciplinas, incluyendo educadores, médicos, autoridades … y –crucial, insistía- farmacéuticos. “Los farmacéuticos son expertos en medicamentos, han dedicado como mínimo siete años de su vida a estudiarlos”, recordaba.
También hacía una llamada a la coordinación territorial, ya que según el análisis previo para la puesta en marcha de SIMPATHY, en los países en los cuales existen programas nacionales los problemas de polimedicación tienen un menor impacto.
Además, hay que asegurarse de que se conoce el reto de la polimedicación con campañas informativas a público y profesionales.
Mair aseguró en su intervención que las intervenciones en este campo son eficientes en términos de coste para el sistema. “Incluso en los casos en los que los fondos destinados al manejo de la polifarmacia fueron más elevados, y se incorporó más personal –sobre todo farmacéuticos-, el gasto fue siempre compensado con la reducción de las hospitalizaciones”, aclaró.
Por otro lado, recomienda acercarse a los pacientes como consejeros, y ayudarles a tomar sus propias decisiones evitando el paternalismo. “La clave no es dejar la medicación, sino optimizarla”, añadía.
En cuanto a la relación con los gestores, Mair planteó que es necesario demostrar que este tipo de programas son eficaces. A este respecto, indicó que hay numerosos estudios que demuestran que incorporar un farmacéutico al equipo hace que se reduzcan de forma acusada las complicaciones asociadas a regímenes terapéuticos mal diseñados.
“Urgencia”
Para los responsables de SIMPATHY, es necesario difundir la idea de que mejorar la gestión de la polifarmacia es algo urgente; aliarse con otros profesionales y con los pacientes informados; crear una visión compartida, incluyendo el sentido de responsabilidad; planear las acciones con beneficios a corto plazo para evaluar y volver a aplicar las más eficaces y consolidar las mejoras obtenidas.