La inteligencia artificial se ha convertido en un pilar fundamental de la transformación digital en todos los sectores, y la sanidad no es una excepción. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos, anticipar diagnósticos y optimizar la gestión de los recursos sanitarios está revolucionando los sistemas de salud en todo el mundo. Incorporarla de manera eficaz es esencial para garantizar una atención más eficiente, equitativa y sostenible. En el ámbito sanitario, la IA permite mejorar la precisión de los diagnósticos, personalizar los tratamientos y agilizar la toma de decisiones clínicas. A pesar de sus ventajas, su implementación sigue enfrentándose a resistencias tanto a nivel estructural como cultural. La clave, según los expertos, es integrar esta tecnología sin que suponga una sobrecarga para los profesionales sanitarios y asegurando un marco regulador claro que garantice la seguridad y el uso adecuado de los datos.
Así lo explicó el consejero de Salud de Cantabria, César Pascual, durante su intervención en el Foro Salud de Nueva Economía Fórum, un encuentro que contó con la colaboración de Bidafarma. “En estas llegó de forma disruptiva la inteligencia artificial. Cuando creíamos que teníamos casi todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas”, afirmó en referencia al impacto de la IA en la sanidad.
Para hacer frente a este reto, Cantabria ha diseñado un ambicioso plan de salud digital con una inversión inicial de 100 millones de euros. “Hemos aprobado un plan de salud digital dotado inicialmente con más de 100 millones de euros dentro del marco de la Agenda Digital de Cantabria”, que además incluye la aprobación de una Ley de Salud Digital, señaló Pascual.
Este esfuerzo no se limitará a la incorporación de tecnología, sino que supondrá una reformulación de cómo se concibe la atención sanitaria. “La inteligencia artificial ha llegado a nuestras vidas y está incorporada en nuestro quehacer diario”, afirmó.
La automatización de procesos clínicos y la integración de algoritmos predictivos permitirán optimizar los tiempos de diagnóstico y reducir la carga asistencial en hospitales y centros de salud, pero también la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías sanitarias. “Aquí ya no vale un ensayo clínico tradicional de nueve años para lograr evidencia”, cuando con inteligencia artificial sería más rápido, explicó Pascual. Si no se avanza en este sentido, “iremos retrocediendo porque aquí no es una opción”, planteó.
Además, el consejero destacó la importancia de la IA en la gestión de los recursos sanitarios. “Tenemos muchísimos datos que podemos explotar y, hasta ahora, hemos hecho muy poca explotación de datos en general en todo el país”, subrayó. Según él, “nos enfrentamos a una sanidad basada en datos y resultados, y la IA jugará un papel clave en ello”, sentenció.
Innovación y resistencia al cambio
Uno de los grandes desafíos es la resistencia al cambio. “Las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial no son una opción. O las adoptamos o nos quedamos retrasados”, insistió Pascual. La implantación de la IA implica modificar procesos, optimizar recursos y cambiar la forma en que los profesionales toman decisiones clínicas. “Es muy difícil porque conlleva cambiar la cultura de los profesionales, de la propia Administración y no está siendo un proyecto fácil”, reconoció.
Para fomentar esta transición, Cantabria ha diseñado un marco normativo con una pionera Ley de Salud Digital, que garantizará la seguridad jurídica en el uso de datos. “Con esta ley lo que pretendemos es darnos la seguridad jurídica, que los profesionales clínicos tengan la seguridad jurídica de lo que están utilizando los datos y que los profesionales de investigación también dispongan de todo ello”, señaló. A este respecto, indicó que ya tienen en marcha algunas experiencias de uso secundario de datos.
Un tema también relevante en esta cuestión, al igual que en el ámbito asistencial es la retención del talento, que es una de las preocupaciones de Pascual. “Nuestro objetivo es que consideren que están trabajando en el mejor sitio donde podían trabajar”, y lo han hecho mediante un diálogo con los profesionales, que ha acabado con la conflictividad previa y, también, con una inversión que ha dado lugar a que los cántabros sean de los profesionales mejor pagados del SNS. Algo que ha sido posible gracias al incremento del presupuesto sanitario en un 14% en dos años.
Respecto de la falta de profesionales, Pascual aseguró que tiene todas las plazas “menos una” cubiertas, por lo que su problema es hacer frente a las bajas, vacaciones y otras situaciones para las que no se tiene a disposición un profesional.
Muface y la financiación del sistema sanitario
Otro de los temas abordados fue la situación de los mutualistas de Muface. Pascual negó que Cantabria se opusiera a la incorporación de estos funcionarios al sistema público, que ya se está produciendo por “la política del miedo, que ha funcionado”, pero sí exigió una financiación adecuada para que los servicios se puedan desarrollar adecuadamente.
El consejero insistió en que la sostenibilidad del sistema sanitario depende de una financiación justa y de una asignación de recursos acorde con el coste real de los servicios. “Si discutimos el modelo, no discutimos el concurso”, matizó a cuenta de toda la polémica que se está viviendo en los últimos meses. A este respecto, y más allá del “debate ideológico”, recordó que el modelo es una opción legal desde hace muchos años.
Pascual también alertó sobre la necesidad de revisar el modelo de financiación autonómica en sanidad. “El coste real de los servicios es nuestra línea roja en la financiación autonómica”, advirtió.
¿Preparados ante una nueva pandemia?
Preguntado sobre la posibilidad de una nueva crisis sanitaria global, Pascual fue contundente: “Es posible que ocurra otra pandemia, pero ahora mismo no estamos suficientemente preparados y hemos aprendido muy poco de la covid-19”.
Criticó que, tras la pandemia de covid-19, no se haya avanzado en la creación de la Agencia de Salud Pública ni en la aplicación de muchas de las medidas propuestas en las comisiones parlamentarias. “No se han llevado a efecto la mayoría de las medidas que se propusieron en parlamentos autonómicos”, advirtió.
Colaboración público-privada: clave para el futuro
Pascual también hizo hincapié en la importancia de la colaboración público-privada para fortalecer el sistema sanitario. Y lo hizo desde la autoridad que le da haber trabajado 43 años en el sistema sanitario público. Pero eso, según dijo, no es obstáculo para que “crea que la colaboración público-privada es una de las palancas más importantes que tenemos en nuestro país, tanto en la investigación como en la asistencia”, u otras y que pueda defender “un concepto del sistema público que puede diferir de algunos que lo consideran todo de gestión directa”.
Igualmente, expuso el valor que tiene esta colaboración con el sistema sanitario para potenciar la economía productiva en el sector salud. “La economía productiva la garantizan los emprendedores y la garantiza el tejido empresarial, mientras que la Administración puede colaborar, puede impulsar, puede canalizar, pero no puede generar una economía productiva per se”, indicó.
En este sentido, avanzó que Cantabria está desarrollando un parque de innovación en salud, un proyecto estratégico para atraer y retener talento, fomentar la investigación y consolidar el sector biomédico como un motor económico para la región. “Queremos atraer y retener talento, transformar nuestro modelo productivo y convertir a Cantabria en una auténtica bioregión donde podamos ir modificando el patrón de economía” de la comunidad autónoma, explicó.
Por otro lado, el consejero cántabro también criticó la manera como se ejecutan diversos proyectos de inversión en el sistema público, donde la preocupación, como está ocurriendo con los fondos que llegan de Europa es “gastar y no invertir. No lo estamos haciendo bien y tenemos mucha presión por gastar los fondos europeos”, aseguró.