Solo el 53,3% de los pacientes crónicos ha podido continuar su tratamiento en los centros ambulatorios y hospitalarios con normalidad desde la finalización del primer estado de alarma. El 44,3% ha sufrido algún cambio en su atención, según datos extraídos del 'Estudio del impacto de la COVID-19 en las personas con enfermedad crónica'.
El informe, que se ha dado a conocer este viernes por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), supone una segunda fase de análisis en la que se recogen datos referentes a los meses comprendidos entre septiembre y diciembre de 2020 a personas con al menos un diagnóstico de enfermedad.
“Cuando se inició la crisis sanitaria provocada por la covid-19 en nuestro país, comenzamos este estudio para conocer cuál estaba siendo el impacto en los pacientes crónicos y los datos que obtuvimos resultaron ser muy preocupantes, poniendo de relevancia que el sistema no había sido capaz de mantener la atención a las personas con una patología previa”, ha explicado Carina Escobar, presidenta de la POP. “Con la continuidad de esta situación tan compleja, vimos necesario realizar una segunda fase de seguimiento que nos permitiera comprender la situación para concretar así propuestas de mejora de la atención sanitaria”, ha señalado Escobar.
De este estudio epidemiológico observacional dirigido a personas con enfermedad o síntoma crónico, se extraen datos como que el 62,9% de las personas encuestadas ha presentado síntomas originados por su enfermedad o síntoma crónico durante el periodo de análisis.
Además, y continuando con los datos referentes a la atención sanitaria, se puede observar cómo, todavía un 25,2% de los pacientes declaran haber tenido dificultades para conseguir su tratamiento farmacológico.
Por otro lado, este estudio indica cómo el seguimiento del estado de salud y/o anímico por los diferentes niveles asistenciales ha evolucionado de forma positiva en los dos periodos analizados, destacando especialmente el rol de atención primaria: 4 de cada 10 pacientes han recibido seguimiento por su parte. En cuanto a la atención hospitalaria, este dato ha mejorado, también, en 11 puntos, registrando un 29,4%.
Así mismo, respecto a la actividad de las asociaciones de pacientes, la percepción de los encuestados ha sido que su seguimiento se ha triplicado (14,9%) con respecto a la primera encuesta.
Por otro lado, solo el 37,6% de los encuestados afirma haber recibido información específica sobre medidas preventivas según la enfermedad o síntoma cronificado, dato ligeramente superior, en comparación con la primera fase del estudio (34,6%).
Mientras que, en la primera fase del estudio, un 10% de los encuestados solicitó el aplazamiento de pruebas o intervenciones por miedo al contagio, en la segunda fase, este porcentaje se incrementa hasta alcanzar el 19%.
Aunque algunos aspectos referentes a la atención sanitaria se vieron reforzados durante la segunda fase, se continúa recogiendo un alto nivel de insatisfacción por parte de los pacientes encuestados, ya que, en comparación con la primera evaluación del estudio en el que el 28,1% de los pacientes crónicos afirmaba encontrarse insatisfecho por la atención sanitaria recibida, en la segunda ola este porcentaje se duplica alzando el 54,2% de los encuestados.
“Somos conscientes de que es una crisis sin precedentes, y al inicio de la misma podíamos comprender ciertos desajustes en el sistema, pero nueve meses después seguíamos viendo cómo todavía no se habían alcanzado los niveles de atención prepandemia y las necesidades de los pacientes, desatendidos durante tanto tiempo, se vieron cada vez más acuciadas” ha explicado Carina Escobar.
Por su parte, María Gálvez, directora de la POP ha añadido: “estos datos son claros ejemplificadores de las dificultades que los pacientes con alguna patología han sufrido durante los últimos meses. El SNS ha ido adoptando ciertas medidas puntuales en diferentes comunidades autónomas, pero éstas requieren de una equidad y permanencia que proporcione no solo continuidad en la asistencia sanitaria, sino que ésta sea segura para los pacientes que lo necesiten”.
Por otro lado, como consecuencia de la falta de atención sanitaria y según el informe, que incluye la perspectiva de género, el doble de los encuestados en comparación con la primera fase (44,6%) percibe su salud en general como regular (27,5%) o mala (17,1%). En este sentido, son las mujeres quienes perciben mucho peor su salud (percibiéndola como regular y mala) al compararla con la de los hombres.