El descanso es una parte fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo humano, por ello, y con el objetivo de informar y ayudar a las numerosas personas que padecen problemas relacionados con él, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Guipúzcoa (COFG) ha difundido un nuevo videoconsejo obre pautas para mejorar la higiene del sueño.
Desde el COFG apuntan que existen recomendaciones generales de horas diarias de sueño según la edad: los recién nacidos entre 16 y 18 horas; de 11 a 12 horas para la edad preescolar; al menos 10 horas en la edad escolar; entre 9 y 10 horas al día durante la adolescencia; y los adultos, incluyendo adultos mayores, entre 7 y 8 horas al día. “A medida que se envejece, se tiende a dormir menos horas y a pasar menos tiempo en el sueño profundo”, explica el farmacéutico Xabier Aizpurua y, por ello, recomienda adoptar una buena higiene del sueño: un conjunto de prácticas necesarias para dormir bien que deben sumarse al tiempo suficiente de sueño.
Los factores que pueden contribuir a mejorar el sueño son: tener una rutina de sueño (dormir y despertarse a la misma hora todos los días); evitar la nicotina y los estimulantes (cafés, tés, etc.), estos últimos especialmente por la tarde; hacer ejercicio con regularidad, pero no demasiado tarde; no realizar siestas después de las 15.00 horas y que éstas sean de un máximo de 20 minutos; antes de acostarse evitar las bebidas alcohólicas y las comidas copiosas, esperar una o dos horas a acostarse y no hacerlo con hambre, pudiendo un vaso de leche favorecer el sueño. Por último, es importante relajarse antes de acostarse con actividades como tomar un baño o leer, mantener la temperatura de la habitación fresca y evitar distracciones como ruidos o las luces brillantes de dispositivos electrónicos.
Ante el problema para conciliar el sueño, Aizpurua lanza una clara recomendación: “Si pasados los 20 minutos de haberse metido a la cama no se puede dormir, conviene salir de ella, hacer alguna actividad relajante y volver. Quedarse en la cama aumentará la ansiedad”.
Y es que los efectos de la falta de sueño repercuten negativamente en la persona, que puede sentirse cansada o ver afectado su rendimiento, incluyendo la capacidad de pensar con claridad, reaccionar rápidamente y formar recuerdos. “También puede afectar al estado de ánimo (irritabilidad, problemas en las relaciones, ansiedad, depresión, etc.) y a la salud física. Los estudios demuestran que aumenta el riesgo de presión arterial alta, accidente cerebrovascular, obesidad o diabetes tipo 2”, explica Xabier Aizpurua.
El COFG desaconseja la automedicación para el tratamiento del insomnio, una práctica habitual entre quienes experimentan esta patología. Aizpurua aclara que los productos de venta libre comercializados para el insomnio “están indicados para el tratamiento de problemas de sueño transitorios, ocasionales y a corto plazo” y si el problema de sueño persiste, propone acudir al profesional médico para estudiar los factores que puedan desencadenarlo.