Prohens elige a Manuela García Romero para dirigir la sanidad balear

La anestesióloga del Hospital Son Espases de Mallorca, Manuela García Romero, ha sido la especialista designada por la presidenta balear Marga Prohens para dirigir la sanidad de las islas durante la presente legislatura.

García Romero, actual vicepresidenta, fue presidenta del Colegio Oficial de Médicos de las Islas Baleares y actualmente ocupara el cargo de vicepresidenta segunda del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM).

El anuncio de la nueva consejera de Sanidad ha sido realizado este lunes por Marga Prohens, durante la presentación de su nuevo equipo de Gobierno. En total, el Ejecutivo balear, en manos del Partido Popular estará formado por diez consejerías y no contará con los departamentos de Igualdad y Medio Ambiente, cuyas competencias quedarán divididas entre el resto de órganos de Gobierno.

Prohens ha apostado por un Ejecutivo con experiencia, casi la mitad de los consejeros tuvieron responsabilidades en el último Gobierno del PP  de José Ramón Bauzá.

No es el caso de la consejera de Sanidad, quien aporta el conocimiento de la profesión y de la práctica clínica a su labor de gestión política que ahora empieza.

Entre los retos de la nueva consejera destaca la cuestión relativa a la falta crónica de efectivos sanitarios en las islas. Las medidas en el acuerdo con Vox, que finalmente ha dejado gobernar en solitario al Partido Popular incluyen una batería de medidas de cara a incentivar la llegada de más profesionales, entre ellas la desaparición del requisito del catalán, que el anterior Gobierno de socialistas y nacionalistas aspiraba a implantar plenamente en la sanidad isleña en un periodo máximo de dos años.

Junto a la cuestión de los recursos humanos, otro de los pilares de la acción de Gobierno será abordar la atención a la salud mental, el envejecimiento y la mejora de la atención primaria. Todo ello, con el desarrollo de un sistema eficaz de lista de espera, en una comunidad donde los tiempos medios alcanzan los 121 días y la espera superior a seis meses alcanza al 22% de los pacientes que se tienen que operar, marcan los principales retos a los que la nueva administración insular deberá intentar poner coto.