Opinión

La dermofarmacia, un campo de importancia creciente para la farmacia y la población

Artículo de opinión de Raquel Aguado, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM

Artículo de opinión de Raquel Aguado, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del COFM

Los farmacéuticos, como expertos en el medicamento y en los productos cosméticos y sanitarios, podemos hacer mucho por la salud y el cuidado de la piel de nuestros pacientes y usuarios. Por este motivo, la farmacia debe ser el lugar de referencia especializado e insustituible donde profesionalizar la atención dermofarmacéutica y el consejo cosmético, favoreciendo estrategias propias o en colaboración con otros profesionales sanitarios para mejorar la atención a nuestros pacientes y dar soluciones que respondan a sus necesidades y a las de aquellos usuarios que cada vez más nos las demandan.

La dermofarmacia experimenta desde hace años un creciente impulso motivado por el auge del autocuidado y la preocupación por la belleza personal, así como la creciente incidencia de enfermedades dermatológicas crónicas, problemas en la piel consecuencia de otras enfermedades sistémicas o de tratamientos médicos como, por ejemplo, todas las terapias oncológicas.

Dentro de este marco profesional, el de la dermofarmacia, el farmacéutico debe posicionarse como referente en cuestiones dermocosméticas, apoyándose en su conocimiento, estudio y actualización en patologías, tratamientos, ingredientes cosméticos, nutrición, formulación magistral, productos y su aplicación y normativas, entre otros asuntos, para crear ese espacio excelente y especializado que sea capaz de ofrecer soluciones a cada individuo de forma personalizada. Es necesario actualizar los conocimientos y de ahí también la importancia de eventos como DermoCOFM, que se celebrará el 4 y 5 de octubre y que reunirá a los mejores especialistas del sector.

También quiero destacar el papel divulgador del farmacéutico, dirigido a la sociedad y también a otros profesionales sanitarios, en aquellos contenidos que están dentro de nuestras competencias. En este sentido, podría destacar el papel tan importante que tenemos en la prevención del cáncer de piel y nuestra capacidad de derivación al médico especialista ante lesiones sospechosas. De esta forma podemos colaborar de manera muy relevante en el diagnóstico precoz de esta enfermedad.

No olvidemos que la gran mayoría de las enfermedades dermatológicas tienen impacto no solo a nivel físico, sino también a nivel emocional.  Y es aquí donde también el farmacéutico debe intervenir respaldado por los valores de confianza, conocimiento y cercanía que tanto valora la sociedad, y para minimizar su impacto y acompañar al paciente durante todo el transcurso de la enfermedad.

Las múltiples intervenciones farmacéuticas, dentro de nuestras competencias, permiten dar respuesta a consultas sobre acné, rosácea, dermatitis, psoriasis, lupus, alopecia, herpes, heridas, quemaduras, envejecimiento cutáneo e hiperpigmentaciones, entre otras, y forman parte de la labor diaria del farmacéutico comunitario. Por este motivo tenemos la valiosa oportunidad y la gran responsabilidad de mejorar la vida de muchas personas cada día: ¿La vamos a desaprovechar?


Raquel Aguado, vocal de Dermofarmacia y Productos Sanitarios del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM)

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