La ministra de Sanidad, Mónica García, ha esbozado algunas de las medidas en las que está trabajando su departamento para evitar la corrupción y la “parasitación” del sector público sanitario por parte de empresas privadas.
Por un lado, va a constituir “un observatorio contra el fraude y la corrupción sanitaria en línea con muchos países de nuestro entorno” y, por otro, dará comienzo, “esta misma semana” a la tramitación de la Ley de Gestión del Sistema Nacional de Salud, con la que García quiere “blindar” la gestión directa de la sanidad pública. Así lo ha explicado en el marco de un desayuno sociosanitario organizado por Europa Press.
Entre las primeras funciones del observatorio se encuentra la elaboración de un manual de prácticas de ‘no hacer’ en la contratación, al igual que se han elaborado para la práctica clínica. “Queremos cerrar la puerta a las malas prácticas en los contratos”, ha explicado sin detallar más en qué consistiría. Por otro lado, va a crear un “un mapa de riesgos dentro del SNS, destinado a identificar todos aquellos puntos críticos donde se concentran el fraude y la corrupción sanitaria”, algo que, según ha dicho, “ya está hecho en Europa”. Por último, el observatorio desarrollará “un intenso calendario de colaboración con todos aquellos órganos y organismos e instituciones que tienen atribuidas funciones de vigilancia en la contratación”.
La otra cuestión es empezar con el desarrollo de la Ley de Gestión, con la que García quiere “poner pie en pared en uno de los ámbitos más susceptibles de las malas prácticas en la gestión sanitaria”. El objetivo principal de esta nueva norma será “consagrar la supremacía de la gestión pública” en el SNS. A este respecto, la ministra asegura diferenciar entre los que es “el negocio y lo que es el ánimo de lucro obsceno, el ansia mercantil y el empeño especulador”. García aseguró respetar la labor de la sanidad privada, que debe ocuparse “de atender bien a sus pacientes” y otra “es la privatización obscena de la sanidad, que es la que detrae recursos de la sanidad pública”. Por ese motivo, ha reclamado “separar los cajones y trabajar conjuntamente. Se puede trabajar de la mano de la pública sin meter la mano en la caja”, ha zanjado. La colaboración público privada es “un win-win, pero la parasitación público-privada es un win-lost”.
En cuanto a las posibilidades de que esta norma pueda ser aprobada por el Parlamento, dadas las dificultades para alcanzar la mayoría necesaria, principalmente por los recelos de Junts, cuyos votos serían imprescindibles, García se ha mostrado dispuesta a “intentarlo”. Según ha dicho, ellos “ponen todos los barcos a zarpar” y esperan que “todos lleguen al destino”.
Más allá de las continuas referencias mitineras a distintos aspectos (Gaza, Mónica Oltra, Isabel Díaz Ayuso), García ha explicado los próximos pasos en materia de lucha contra el tabaquismo, obesidad, impulso a la atención primaria, recursos humanos, la salud en todas las políticas…