Un estudio realizado por integrantes de GeSIDA (Grupo de Estudio del SIDA de la SEIMC, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) ha constatado la viabilidad y eficacia de una estrategia de ‘test & treat & retention’ en personas vulnerables con VIH, implementada a través de equipos de calle y una unidad móvil, que permitió alcanzar una tasa de supresión virológica –lo que previene que el virus pueda ser transmitido– del 96,9% en aquellas personas atendidas. Los resultados de este ensayo clínico (titulado SIMPLIFIED) han sido presentados en CROI 2025, uno de los encuentros científicos sobre VIH más relevantes a nivel internacional y que se ha celebrado en San Francisco (EE.UU).
Para la realización de este estudio (llevado a cabo entre 2023 y 2024) se incluyeron 101 participantes mayores de 18 años, el 86,1% varones, con una edad media de 34 años y predominantemente hispanos (73,3%). El 63% no tenía hogar, el 25% se encontraba en situación de calle y el 44% había tenido un consumo problemático de drogas en el último año, El 30% nunca había tomado tratamiento antirretroviral (TAR) y el 70% lo había interrumpido.
El reclutamiento se realizó en entornos no hospitalarios, principalmente en las calles por equipos de calle de ONG y una unidad móvil. Los participantes iniciaron el TAR –basado en un único comprimido de BIC/FTC/TAF– el mismo día del diagnóstico y fueron seguidos durante 48 semanas. Durante este período, recibieron apoyo social para alentar la asistencia a las visitas de seguimiento y recoger el tratamiento en la farmacia.
La tasa de retención en la semana 48 fue del 64,4%, y las principales razones de no retención fueron la pérdida de seguimiento (19,8%), la reubicación a otra ciudad (5,9%) y el encarcelamiento (5%). La adherencia al TAR fue incompleta en el 57,3% de los participantes, y el 10,1% había interrumpido el TAR más de 20 días al realizarse la visita médica en al menos una. En el análisis por protocolo, en la semana 48, el 96,9% de los pacientes alcanzó una carga viral por debajo de 50 copias/ml. De estos, dos pacientes habían interrumpido el TAR en el momento de su visita de la semana 48; sin embargo, no se observaron fracasos virológicos durante el estudio.
En el análisis multivariado, la adquisición del VIH a través del uso de drogas inyectables se asoció con una menor retención en la atención del VIH. Se informaron eventos adversos en el 68,3% de los pacientes, aunque el 95,3% fueron de intensidad leve y ninguno requirió la suspensión del tratamiento.
La intervención fue ampliamente aceptada, con más del 95% de satisfacción reportada en la mayoría de las categorías, incluida la facilidad de acceso, el apoyo del equipo de atención médica y la asistencia para la adherencia.
Junto a la viabilidad demostrada de esta estrategia para detectar casos de VIH, lograr y mantener la supresión viral, este ensayo pone de manifiesto –según detallan sus autores en las conclusiones– que los nuevos modelos de atención del VIH deben enfatizar en el apoyo social para mejorar la retención en la atención de las personas más vulnerables, como aquellas diagnosticadas en el contexto de consumo de drogas inyectables.