La conocida como apnea-hipoapnea del sueño (SAHS) es un síndrome muy común en España y que conlleva problemas que afectan gravemente a la calidad de vida de quien lo padece. Los síntomas de la enfermedad van desde una somnolencia diurna a una disminución significativa de la eficiencia en el trabajo y que puede causar siniestralidad laboral o cualquier otro problema en relación con la conducción.
“La somnolencia diurna constituye un elemento clave en la valoración de la discapacidad laboral, ya que su presencia puede dar lugar a una incapacidad laboral transitoria o definitiva”, asegura Carlos Javier Egea, neumólogo y coordinador del Área de Sueño de Separ (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica). “No es fácil realizar una evaluación de las implicaciones laborales de la apnea del sueño, dado que plantea muchos problemas en su consideración, debido a su complejidad. Sin embargo, y a pesar de la poca evidencia científica existente, es muy posible que, en un futuro próximo, la existencia de una posible apnea del sueño forme parte de la valoración inicial y periódica de los exámenes de salud de los trabajadores”, añade.
La estrecha línea divisoria entre este síndrome y sus implicaciones en el ámbito laboral, han llevado a los expertos a realizar estudios sobre diversos aspectos como la incapacidad laboral transitoria, la valoración de la discapacidad, la disminución de la productividad laboral, el estrés o el posible riesgo de accidentes laborales.
“Padecer apnea del sueño puede duplicar el riesgo de absentismo laboral, tanto en hombres como en mujeres. Estos pacientes presentan un aumento de bajas laborales superiores a 30 días y un mayor grado de distrés psicológico”, señala Egea.
Este trastorno debe estar controlado debido a que está muchas veces asociado con problemas cardiovasculares, metabólicos y además puede llegar a afectar a la esfera cognitiva de los pacientes. “Por su sintomatología, el SAHS afecta directamente a la calidad de vida de las personas que la sufren. Es relevante tener en cuenta que la enfermedad disminuye la motivación para mantener un estilo de vida saludable y, en muchos casos, conlleva un menor cumplimiento terapéutico de las comorbilidades”, apunta el experto.
Egea insiste además en la importancia de progresar en la investigación, abordando por ejemplo, el impacto sobre la economía de la salud. “La alta prevalencia de este trastorno respiratorio en nuestro país, su asociación con los accidentes laborales, el absentismo y la productividad, más el hecho de que con un correcto abordaje sea posible prevenirlos, hace que las intervenciones en este campo de investigación sean cruciales”, concluye.