MARTES, 18 de agosto de 2015 (HealthDay News) -- Las preocupaciones de que los cigarrillos electrónicos sean un puente hacia fumar para los adolescentes parecen tener un fundamento, sugiere una investigación reciente.
Unos adolescentes del área de Los Ángeles que nunca habían fumado antes tenían entre tres y cuatro veces más probabilidades de probar cigarrillos u otros productos de tabaco tras experimentar con un cigarrillo electrónico, según los hallazgos publicados en la edición del 18 de agosto de la revista Journal of the American Medical Association.
"La mayoría de los adolescentes han estado usando cigarrillos electrónicos con fines recreativos, incluyendo adolescentes que nunca habían fumado antes", dijo el autor de estudio, Adam Leventhal, profesor asociado de medicina preventiva y psicología de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, en Los Ángeles. "Dado que la nicotina es una droga tan adictiva, tiene sentido que si se disfruta de la experiencia de inhalar nicotina, se esté más dispuesto a experimentar con otros productos que provean nicotina inhalada".
Este es el primer estudio en mostrar un vínculo potencial entre el uso de cigarrillos electrónicos y el hecho de fumar en los adolescentes, apuntó la Dra. Nancy Rigotti, directora del Centro de Investigación y Tratamiento del Tabaco del Hospital General de Massachusetts, en Boston.
"Sin duda es causa de preocupación, porque es la primera vez que lo vemos", añadió Rigotti, que también es profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston. "Ha habido una preocupación teórica de que podría ocurrir, y esta es la primera vez que en realidad hemos visto ciertas evidencias de que parece que puede ocurrir".
Los fabricantes de cigarrillos electrónicos los han presentado como un medio para ayudar a los fumadores adultos a abandonar el hábito, o al menos como una alternativa más segura al tabaco. La Asociación Americana del Vapeo (American Vaping Association), un grupo del sector de los cigarrillos electrónicos, afirma que los dispositivos han ayudado a varios millones de adultos a dejar de fumar desde su introducción hace casi 10 años.
Pero los adolescentes prueban los cigarrillos electrónicos con más frecuencia que los adultos, impulsando algunos de los mayores aumentos en las ventas, advirtió Leventhal. Actualmente no hay regulaciones federales que prohíban la venta o el mercadeo de los cigarrillos electrónicos a los adolescentes.
"Estos nuevos cigarrillos electrónicos son aparatos realmente eficientes. Calientan las soluciones para crear aerosoles ricos en nicotina, así que son una forma realmente efectiva de administrar una dosis de nicotina al cerebro del usuario", dijo Leventhal.
Para ver si los cigarrillos electrónicos podrían conducir a que los adolescentes fumen, los investigadores reclutaron a más de 2,500 estudiantes de noveno grado de 10 escuelas de secundaria públicas de Los Ángeles.
Ninguno de esos niños había intentado fumar antes, pero 222 dijeron que habían usado un cigarrillo electrónico.
Un año más tarde, los niños que habían probado los cigarrillos electrónicos eran unas cuatro veces más propensos a haber fumado tabaco, en comparación con los niños que no habían usado un cigarrillo electrónico, encontraron los investigadores.
Pero como el estudio fue observacional, los investigadores no pudieron probar un vínculo causal entre el uso de los cigarrillos electrónicos y el fumar, anotó Rigotti. Tampoco pudieron decir si los niños que fumaban solo habían probado un cigarrillo o se habían hecho fumadores regulares.
Gregory Conley, presidente de la Asociación Americana del Vapeo, una organización sin fines de lucro que promueve los productos de vapor, se hizo eco de lo señalado por Rigotti.
"Como admiten los autores del estudio, no se hizo ningún intento por medir el uso habitual, o ni siquiera en el mes anterior, de ninguno de los productos, de forma que hay que interpretar el resultado con una precaución significativa", dijo.
Pero los investigadores sí tomaron en cuenta otros factores de riesgo que aumentan las probabilidades de que un adolescente fume, anotó Leventhal. Éstos incluyen las tendencias a la impulsividad, la depresión, el uso de otras drogas y si tienen amigos o familiares que sean fumadores.
"Incluso les preguntamos directamente a los adolescentes '¿Crees que es probable que fumes en los próximos seis meses? ¿Probarías fumar si uno de tus mejores amigos te lo ofreciera?'", dijo.
Tras controlar esos otros factores de riesgo, los investigadores descubrieron que los usuarios adolescentes de cigarrillos electrónicos seguían teniendo casi tres veces más probabilidades que los no usuarios de pasar a fumar en algún momento.
"Estos resultados fueron constantes en varios tipos distintos de productos de tabaco fumable, incluyendo cigarrillos regulares, cigarros y pipas de agua para el tabaco (narguiles)", apuntó Leventhal.
Los usuarios de cigarrillos electrónicos también eran más propensos a haber experimentado con al menos dos tipos distintos de tabaco fumable, añadió.
El estudio es un llamado a una acción federal rápida, dijo Rigotti, autor de un editorial que acompañó al estudio. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. ha propuesto normas que prohibirían las ventas de cigarrillos electrónicos a las personas menores de 18 años, y que harían que las etiquetas de advertencia fueran obligatorias, pero esas normas no se han finalizado. El periodo de comentario público de esos borradores terminó el 8 de agosto.
"El problema siempre ha sido que podrían atraer a los jóvenes", planteó Rigotti. "Nadie cree que sea una buena idea hacer que una nueva generación se haga adicta a los cigarrillos, ni a la nicotina. Son dispositivos de administración de nicotina que se venden en formas que resultan atractivas a los niños, y en este momento no tienen ninguna regulación".
Pero a los fabricantes de cigarrillos electrónicos les preocupa que esa regulación llegue demasiado lejos, e interfiera con la capacidad de los adultos de usar los dispositivos como medios de ayuda para dejar de fumar, dijo Conley.
"Desafortunadamente, los detractores apasionados del vapeo tienen un historial de realizar afirmaciones increíbles y sin base, y este estudio se tergiversará y utilizará para fomentar tanto unos impuestos injustificados sobre las ventas como unas regulaciones que acabarán con las pequeñas empresas", lamentó.
"Si bien unas medidas razonables para controlar el acceso de los jóvenes están justificadas, todas las decisiones sobre las políticas respecto al vapeo no solo deben tomar en cuenta a los jóvenes, sino también a los adultos que de otra forma estarían fumando ante la ausencia de estos productos de tecnología innovadora", anotó Conley.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Adam Leventhal, Ph.D., associate professor, preventive medicine and psychology, University of Southern California's Keck School of Medicine, Los Angeles; Nancy Rigotti, M.D., associate chief, general medicine division, and director, Tobacco Research and Treatment Center, Massachusetts General Hospital, and professor, Harvard Medical School, Boston; Gregory Conley, president, American Vaping Association, Hoboken, N.J.; Aug. 18, 2015, Journal of the American Medical Association