La consultoría Asefarma ha elaborado un decálogo con las diez claves para que la oficina de farmacia actual funcione. Dichos puntos fueron expuestos por Carlos García-Mauriño, presidente de esta entidad, durante el encuentro titulado ‘De la botica tradicional a la farmacia actual’.
El primero de ellos es no olvidar que la farmacia es un establecimiento sanitario. Le sigue la idea de que la farmacia debe gestionarse de tal manera que sea capaz de alcanzar su nivel máximo de rentabilidad, lo que supone “alcanzar el equilibrio perfecto entre las ventas óptimas que puede tener y los gastos mínimos necesarios para alcanzarlas”, según el decálogo.
Otra de las claves es que hay que trabajar la farmacia “de fuera hacia dentro”, es decir, construir la farmacia a partir del perfil de sus usuarios, para ofrecerles lo que demandan. Para ello, es necesario elaborar una base de datos, utilizando herramientas como las tarjetas de fidelización. También debe conocer a su competencia, para tratar de diferenciarse de ella.
Espacios de salud
Otra de las claves de la farmacia actual es enfocarla como un espacio de salud y no sólo como de venta de medicamentos. “Supone concebir la farmacia como el lugar donde la gente va porque quiere mantenerse sana y saludable, y no el lugar al que la gente va porque está enferma y solo cuando ocurre eso”, apuntan desde Asefarma.
El quinto punto del decálogo es ser capaces de obtener mayor rendimiento al hecho de disponer de unos usuarios que por obligación deben acudir a la oficina de farmacia a recoger su medicación. El listado de esta consultoría también hace hincapié en el equipo humano, en la retribución variable que sea un elemento motivador y en la formación del personal.
Los servicios, pieza fundamental
El desarrollo de servicios constituye otro punto fundamental para esta consultoría, así como la recomendación de que no hay que competir centrándose en el precio de los competidores. “Su factor diferencial debe ser el valor añadido que le da al cliente: calidad, servicio, conocimiento, confianza y asesoramiento.
Como conclusión, el decálogo incorpora la idea de que la farmacia es una parte fundamental del sistema de salud que presta un servicio “impagable” a la población y cuyo modelo actual debe ser preservado “y evitar mercantilizarlo con la liberalización, que sería un terrible error”. Desde Asefarma, concluyen que, no obstante, “el mantenimiento del modelo no es incompatible con que cada farmacia busque su nivel máximo de rentabilidad”.