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La colaboración entre FH y clínicos, clave para prever las reacciones a fármacos en la pandemia

Durante el primer semestre de 2020 la situación de todos los hospitales españoles se vio seriamente agravada por la eclosión de la pandemia de Covid-19. En un contexto de situación límite para los centros sanitarios ante las riadas de pacientes que acudían para ser atendidos de una infección entonces desconocida, fueron muchos los servicios que, obligados por las circunstancias adversas, adoptaron nuevas formas de atención.
Equipo de Farmacia Hospitalaria del Hospital de Valme.

Durante el primer semestre de 2020 la situación de todos los hospitales españoles se vio seriamente agravada por la eclosión de la pandemia de covid-19. En un contexto de situación límite para los centros sanitarios ante las riadas de pacientes que acudían para ser atendidos de una infección entonces desconocida, fueron muchos los servicios que, obligados por las circunstancias adversas, adoptaron nuevas formas de atención.

Algunos de esos cambios, arrastrados por unas circunstancias nunca vistas, han creado escuela, se han convertido en caminos de innovación y en referentes para avanzar en un sistema sanitario que tras la pandemia no volverá nunca a ser exactamente igual. Entre ellos la integración de equipos asistenciales y la colaboración directa entre el médico y el farmacéutico en la determinación del tratamiento farmacológico personalizado para cada paciente es uno de los avances que más satisfacción ha generado en todos los equipos sanitarios, a la vista de los resultados en salud para el usuario.

Uno de esos avances en innovación a través de la integración de equipos asistenciales, que se llevó a cabo en el hospital sevillano Virgen de  Valme acaba de ver la luz en forma de artículo científico en la prestigiosa revista Nature.

El estudio 'drug–drug interactions between treatment specific pharmacotherapy and concomitant medication in patients with covid‑19 in the first wave in Spain', (Interacciones fármaco-fármaco entre la farmacoterapia específica del tratamiento y la medicación concomitante en pacientes con covid-19 en la primera oleada en España) recoge los resultados de una experiencia entre los servicios de Farmacia Hospitalaria e Infecciosas, cuyo objetivo principal era evaluar la prevalencia y la gravedad de las interacciones farmacológicas (DDI) potenciales y reales entre las terapias para covid-19 y los medicamentos concomitantes en pacientes hospitalizados con infección confirmada por SARS-CoV-2.

En suma, poner a disposición de los clínicos, en este caso los infectólogos, que fueron los primeros en recibir la riada de pacientes afectados por covid-19,  la capacidad y el recurso farmacoterápico de la farmacia de hospital, para así dar la atención más precisa y práctica a un usuario, generalmente de edad avanzada, en un contexto de urgencia, ante una situación de crisis y de falta de respuesta previa.

La farmacéutica María Dolores Cantudo, firma inicial del artículo de Nature y perteneciente al servicio de Farmacia del Hospital Universitario Virgen de Valme asegura que el trabajo llevado a cabo “afianza a Farmacia Hospitalaria como un miembro más en la atención multidisciplinar al paciente”.

En el contexto que relata el estudio, realizado entre el 1 de marzo y el 30 de abril, de 2020 en medio de  un escenario en el que “las interacciones medicamentosas clínicamente relevantes eran muy elevadas”, se precisaba de un servicio que pudiera aportar una información completa y amplia sobre la interacción de posibles medicamento.

El objetivo principal publicado en Nature relata precisamente cómo se llevó a cabo la evaluación, la prevalencia y la gravedad de las interacciones farmacológicas (DDI).

Según se explica en el estudio, los medicamentos concomitantes se clasificaron de acuerdo con el sistema de clasificación químico terapéutico anatómico y se llevó a cabo una regresión logística binomial para identificar los factores asociados con las rDDI.

En total, se analizaron un total de 174 pacientes. Se detectaron DDI en 152 de ellos, nada menos que el 87,4%, con un total de 417 rDDI entre fármacos relacionados con covid-19 y medicación concomitante hospitalaria involucrada (60 fármacos diferentes). Igualmente se detectaron pDDI en 105 pacientes, el 72,9%, con un total de 553 pDDI.

Se identificaron rDDI clínicamente relevantes entre el 81,1% de los pacientes. De ellas gran parte calificadas como interacciones potenciales, si bien en un 14,6% la mezcla de medicación estaba claramente contraindicada para los pacientes.

Gracias al apoyo de Farmacia Hospitalaria, el clínico contó con un referente “mucho más amplio”, según indica Cantudo, para determinar y valorar las reacciones entre los fármacos de aplicación para hacer frente a la infección y los fármacos que el paciente ya venía recibiendo antes de ser infectado.

De hecho, esta colaboración conjunta fue también esencial para determinar “la continuidad de los tratamientos, en los casos que pudieron recibir el alta”, y, por tanto, en la posterior atención una vez que retornaron a sus domicilios.

Para Cantudo no hay duda que este tipo de trabajos, tanto en llevado a cabo en el Hospital de Valme, como otros similares que se han llevado a cabo en diversos centros sanitarios, “han ayudado a integrar a la Farmacia Hospitalaria dentro del equipo asistencial” y a ser recibidos por el resto de facultativos como un servicio esencial a la hora de determinar, y personalizar la atención del paciente.

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