MIÉRCOLES, 1 de julio de 2015 (HealthDay News) -- A una cantidad en aumento de adolescentes y adultos jóvenes les están recetando unos potentes antipsicóticos, aunque los medicamentos no han sido aprobados para tratar dos trastornos (el TDAH y la depresión) para los cuales se usan con frecuencia, según un nuevo estudio.
Los investigadores hallaron que el uso de antipsicóticos aumentó entre los niños de a partir de 13 años de edad, desde el 1.1 por ciento en 2006 hasta casi el 1.2 por ciento en 2010. Y el uso de antipsicóticos por parte de los adultos jóvenes (personas de 19 a 24 años) aumentó desde el 0.69 por ciento en 2006 hasta el 0.84 por ciento en 2010.
Para algunos expertos resulta preocupante que las afecciones para las que muchas de estas recetas de antipsicóticos se hacen sean el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y la depresión. En la actualidad, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. aprueba esta clase de medicamentos para las afecciones psiquiátricas como la psicosis, el trastorno bipolar, la esquizofrenia o la agresividad impulsiva relacionada con el autismo.
Pero el nuevo informe descubre que en 2009, al 52.5 por ciento de los niños pequeños (de 1 a 6 años), al 60 por ciento de los niños mayores (de 7 a 12 años) y a aproximadamente el 35 por ciento de los adolescentes que tomaron antipsicóticos les habían diagnosticado un TDAH.
"El TDAH es uno de los diagnósticos principales para los que se realiza el tratamiento con antipsicóticos en niños y adolescentes, y no se trata de una indicación adecuada para el diagnóstico", dijo la Dra. Vilma Gabbay, jefa del Programa sobre los Trastornos Pediátricos del Estado de Ánimo y de Ansiedad de la Escuela de Medicina Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.
Indicó que el nuevo estudio mostró que el aumento de las recetas de antipsicóticos para los adolescentes y los adultos jóvenes fue más pronunciado en los varones. Dado que los chicos son más propensos a sufrir del TDAH que las chicas, "esta tendencia explica el aumento de las tasas de los varones en comparación [con] las de las chicas en los antipsicóticos recetados", señaló.
El estudio fue financiado por el Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH) y dirigido por el Dr. Mark Olfson, del departamento de psiquiatría de la Universidad de Columbia de la ciudad de Nueva York.
Hay muchos medicamentos clasificados como antipsicóticos, y algunos incluyen haloperidol, clozapina, risperidona, olanzapina y quetiapina. Los investigadores indicaron que los ensayos clínicos sugieren que la risperidona (Risperdal), cuando se usa con estimulantes, puede ayudar a reducir la agresividad en el TDAH, pero no está aprobado por la FDA para el tratamiento de esa afección.
En su estudio, el equipo de Olfson examinó los datos sobre las recetas de antipsicóticos de una base de datos que incluye a aproximadamente el 60 por ciento de todas las farmacias minoristas de Estados Unidos. La base de datos incluye la información de las recetas de aproximadamente 1.3 millones de niños, adolescentes y jóvenes adultos, según los investigadores.
"Ningún estudio previo ha contado con los datos para examinar los patrones de edad en el uso de antipsicóticos entre los niños de la manera en que lo hacemos aquí", dijo en un comunicado de prensa del instituto el coautor del estudio, Michael Schoenbaum, consejero de servicios de salud mental, epidemiología y economía del NIMH.
El estudio sí halló una tendencia a la baja en los antipsicóticos para algunos grupos de edad. Por ejemplo, en 2006, el 0.14 por ciento de los niños pequeños de entre 1 y 6 años tomaban antipsicóticos, en comparación con el 0.11 por ciento en 2010. En los niños de mayor edad, los que tenían entre 7 y 12 años, el uso de estos medicamentos se redujo del 0.85 por ciento en 2006 al 0.80 por ciento en 2010.
Pero, al mismo tiempo, el uso de antipsicóticos aumentó entre los niños de mayor edad y los adultos jóvenes. En 2010, 2.8 millones de recetas fueron surtidas anualmente por adolescentes, indicaron los investigadores, mientras que 1.8 millones de recetas fueron surtidas por jóvenes adultos.
Pero muchas recetas no fueron redactadas por psiquiatras infantiles y adolescentes. El estudio halló que solamente alrededor del 29 por ciento de los niños jóvenes, el 39 por ciento de los niños mayores y el 39 por ciento de los adultos jóvenes recibieron las recetas de antipsicóticos de parte de dichos especialistas en 2010.
Las dos afecciones para las cuales el uso de antipsicóticos no está aprobado por la FDA (el TDAH y la depresión) fueron razones importantes a la hora de hacer la receta de estos medicamentos. De hecho, el estudio halló que aunque las recetas para el TDAH son habituales, la afección más común de los adultos a los que se recetaron estos medicamentos fue la depresión.
Esto es preocupante, dijo Schoenbaum. "Los antipsicóticos deberían recetarse con cuidado", comentó. "Pueden afectar de manera adversa tanto a la función física como la neurológica, y algunos de los efectos adversos pueden persistir después de que la medicación se deje de tomar".
El hecho de que muchas de estas recetas de estos medicamentos no las hicieran psiquiatras infantiles fue revelador.
"Solo una minoría de psiquiatras infantiles y adolescentes participaron en el tratamiento", indicó.
El Dr. Matthew Lorber, director en funciones de Psiquiatría Infantil y Adolescente del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, comentó que en el informe había buenas y malas noticias.
"Las recetas de este tipo de medicamentos a los niños menores de 12 años se han reducido, lo que con la mayor probabilidad se debe a sus efectos secundarios peligrosos", dijo.
Pero Lorber se mostró de acuerdo en que se necesita una mayor precaución a la hora de recetar antipsicóticos a niños con TDAH.
Presumiblemente, dijo, "la intención del médico que receta es abordar problemas conductuales, la agresividad y los cambios en el estado de ánimo, pero no está claro si se están teniendo en cuenta los riesgos".
Dijo que para las afecciones para las que los antipsicóticos no están aprobadas, los médicos deberían agotar primero otras opciones de tratamiento. Entonces, "si los antipsicóticos son necesarios para los niños sin psicosis o sin un trastorno bipolar, se recomienda su uso durante intervenciones breves" solamente, dijo Lorber.
También comentó que el estudio solamente examinó las recetas escritas; no pudo mostrar si los pacientes tomaron estos potentes medicamentos o no. "Es habitual que los padres reciban una receta para sus hijos pero al final decidan no seguir adelante debido a los efectos secundarios", explicó Lorber.
El estudio aparece en la edición en línea del 1 de julio de la revista JAMA Psychiatry.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Vilma Gabbay, M.D, chief, Pediatric Mood and Anxiety Disorders Program, and associate professor, department of psychiatry, Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York City; Matthew Lorber, M.D., acting director, Child & Adolescent Psychiatry, Lenox Hill Hospital, New York City; JAMA Psychiatry, news release, July 1, 2015; U.S. National Institute of Mental Health, news release, July 1, 2015