MIÉRCOLES, 9 de septiembre de 2015 (HealthDay News) -- Millones de estadounidenses
quizá se pregunten qué los llevó a tener rosácea, una enfermedad de la
piel crónica. Una nueva investigación sugiere que la causa es mitad ambiental y mitad
En la parte ambiental, la exposición al sol es el factor clave. Pero
la obesidad, el alcohol y las enfermedades cardiacas también parecen aumentar el riesgo,
halló el estudio.
"En retrospectiva, una probabilidad de cincuenta/cincuenta no es
del todo una sorpresa", señaló el autor principal del estudio el Dr. Daniel
Popkin. "Pero no lo sabíamos.
Ahora, tenemos por primera vez una fuerte evidencia
de que existe una clara contribución genética", señaló Popkin,
profesor adjunto de dermatología de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland.
Si usted tiene un fuerte antecedente familiar de rosácea, "debería prestar
más atención a los factores ambientales, y buscar orientación médica le
puede ayudar un poco", dijo.
"El estilo de vida puede sin duda atenuar [reducir la
gravedad de] la enfermedad", señaló Popkin, siendo el uso de protección
solar la recomendación número 1.
La Sociedad Nacional de Rosácea
(National Rosacea Society) estima que más de 16 millones de estadounidenses sufren de esta
enfermedad. El expresidente Bill Clinton es uno de ellos.
Los pacientes que tienen
rosácea suelen presentar enrojecimiento facial, granos, pústulas, vasos
sanguíneos visibles y ojos llorosos. Los tratamientos dermatológicos, incluidos los
medicamentos para la piel y la terapia con láser, pueden ayudar a controlar los brotes. Pero
no hay una cura real.
Si no se controla, esta afección puede empeorar y afectar a la
calidad de vida de una persona. En las encuestas, más de nueve de cada 10 pacientes informaron
de una pérdida de autoconfianza y autoestima, señaló la sociedad de
rosácea.
Los esfuerzos para determinar la causa de la rosácea han resultado
insuficientes. Para tener una mejor idea de la contribución de la naturaleza en
comparación con el estilo de vida, Popkin y sus colegas se centraron en 275 pares de
gemelos.
Los gemelos idénticos (monocigóticos), según subrayó el
equipo de investigación, a menudo son objetos de investigaciones genéticas, dada la
capacidad de comparar pares idénticos, que comparten el 100 por ciento de la
composición genética, con los gemelos fraternos (dicigóticos), que comparten la
mitad de la carga genética.
En este caso, se seleccionaron 233 pares de gemelos
idénticos y 42 pares de gemelos fraternales. Todos tenían entre 18 y 80 años de
edad, y la mayoría eran de Ohio, Pensilvania y el noreste de Estados Unidos.
Todos los
participantes rellenaron las encuestas sobre el estilo de vida y los antecedentes clínicos, y
se les realizaron exploraciones cutáneas antes de recibir la "puntuación"
sobre la rosácea, que osciló entre ausente a intensa.
Los investigadores
concluyeron que la genética parece contribuir en un 46 por ciento al riesgo de
rosácea.
El resto del riesgo observado se atribuyó a una mayor exposición
al sol de por vida (radiación UV), edad avanzada, mayor índice de masa corporal (un
indicador de la obesidad), fumar, beber, enfermedades cardiacas y cáncer de piel.
La
relación con la obesidad y las enfermedades cardiacas fue una sorpresa, señalaron los
investigadores.
Popkin informó que su equipo planea continuar con este trabajo de
investigación. De momento, subrayó, "todos estos hallazgos son meras asociaciones
y no podemos demostrar la causalidad".
El Dr. Lawrence Eichenfield, director de
dermatología pediátrica y adolescente de la Universidad de California en San Diego, y
del Hospital Pediátrico Rady de San Diego, señaló que se puede reducir el riesgo
de rosácea.
"Usted no puede cambiar su genética sin cambiar a sus padres,
pero sí puede [evitar fumar] y no exponerse demasiado al sol", señaló.
"Si tiene síntomas de rosácea o piensa que puede tener antecedentes
familiares", agregó Eichenfield, "busque información al respecto y considere
exponerse de manera moderada a los rayos UV, al alcohol y a los alimentos que pueden causar
enrojecimiento". Por ejemplo, los médicos señalan que el consumo de alimentos
picantes o ácidos puede causar rubor y enrojecimiento en la cara.
Los resultados del
estudio aparecen en la edición reciente de Journal of the American Medical
Association.
Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTES: Daniel Popkin, M.D., Ph.D., assistant professor, department of dermatology, Case Western Reserve University and University Hospitals Case Medical Center, and Louis Stokes VA Medical Center, Cleveland; Lawrence F. Eichenfield, M.D., professor, dermatology and pediatrics, and chief, pediatric and adolescent dermatology, University of California, San Diego, and Rady Children's Hospital, San Diego; Aug. 26, 2015, JAMA, online