Un total de once sociedades científicas y asociaciones de pacientes han puesto en marcha el Proyecto CASSANDRA (del inglés ‘Cancer Screening, Smoking Cessation and Respiratory Assessment’). Es el primer programa piloto de cribado en cáncer de pulmón integrado en el sistema nacional de salud, sigue la estela de las recomendaciones europeas e iniciativas similares en Alemania, Francia y Noruega entre otros países, pero sus responsables han advertido que puede venirse abajo si no se acompaña de una financiación adecuada.
Cassandra se ha presentado en sociedad tras 18 meses de funcionamiento. Se puso en marcha en noviembre de 2023, cuenta con 658 pacientes voluntarios y en este tiempo ha sumado 6 comunidades autónomas representadas por 12 centros hospitalarios y al menos un centro de atención primaria por hospital. Se espera, además, la incorporación de tres centros más de forma inminente. El límite para incorporar más centros es septiembre de este año.
David de la Rosa, presidente de la (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) SEPAR; Luis Miguel Seijo y Juan Carlos Trujillo, coordinadores de Cassandra, se han reunido con los medios de comunicación para dar a conocer los primeros resultados de la iniciativa, pero como indicaba Seijo, la intención no es quedarse en el cáncer de pulmón, sino ir más allá para atender otras patologías respiratorias como la EPOC, entre otras dolencias de esta especialidad que figuran entre las primeras causas de mortalidad en nuestro entorno.
Los individuos se seleccionan por edad y consumo de tabaco para llegar a los pacientes con mayor riesgo, aunque “no son los criterios de inclusión ideales y se irán perfeccionando”.
Hasta el momento, se han realizado 225 tomografías computarizadas basales en el marco del estudio. En cuanto al resultado general del cribado mediante TC, los datos globales muestran que un 77% (510/658) de los pacientes presentaron un resultado negativo, mientras que un 19% (127/658) fueron clasificados como indeterminados, lo que implica la necesidad de seguimiento o estudios complementarios. En un 3,2% (21/658) de los casos, los hallazgos fueron positivos, lo que representa un porcentaje clínicamente relevante de detección de cáncer de pulmón en fase temprana. Estos casos, de no contar con un proceso de cribado, serían detectados mucho más tarde, evitando una posible resección curativa e implicando un mayor coste en vidas y recursos sanitarios.
Más allá del cribado de cáncer, la tomografía ha permitido detectar comorbilidades clínicamente muy relevantes. Se observó una alta prevalencia de calcificaciones coronarias en el 52% de los pacientes, lo que sugiere un riesgo cardiovascular elevado en esta población. Además, el 17% de los casos presentaron signos de enfisema pulmonar, reflejando el daño estructural asociado al tabaquismo. Finalmente, se identificó enfermedad pulmonar intersticial difusa (EPID) en el 4% de los participantes, un hallazgo menos frecuente, pero de gran importancia para el seguimiento respiratorio especializado.
La detección en fases precoces, asintomáticas es un objetivo clave a la hora de mejorar las tasas de éxito terapéutico.
En el horizonte se plantean que el cribado se realice dentro de todo el SNS, cerrando la primera fase de Cassandra, afianzando los centros que participan en el reclutamiento y analizar las limitaciones, ampliando además el seguimiento a cinco y diez años.
Actualmente, el cáncer de pulmón es responsable del 20% de todas las muertes por cáncer en España, con casi 23.000 decesos anuales. Cada año se diagnostican 29.000 casos de esta enfermedad en nuestro país, una cifra que está previsto que siga creciendo en los próximos años.
De todos ellos, el 70% de estos se detecta en estadios avanzados, siendo imposible una resección curativa en la mayoría de ellos. Este hecho supone que la supervivencia media a los 5 años del diagnóstico no supere el 15%. Sin embargo, la supervivencia asciende al 80% en aquellos pacientes en los que el cáncer se diagnostica precozmente. Por ello, el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer recomienda implementar programas de cribado en cáncer de pulmón para establecer un diagnóstico precoz que permita salvar vidas y mejorar la eficacia del Sistema Nacional de Salud.