Pasar de la vender cremas a ofrecer un servicio profesional. Ésa es la apuesta de los promotores de la I Jornada Andaluza de Dermofarmacia, impulsada por el Consejo Andaluz de COF (Cacof), que fue defendida en la inauguración del encuentro por el propio presidente del organismo colegial, Antonio Mingorance: "La dermofarmacia no es vender cremas, es un servicio genuinamente farmacéutico y orientado a la salud de las personas que protocolizado de acuerdo a una serie de estándares y criterios de calidad tiene muy poco que ver, por no decir nada, con lo que se hace fuera de la farmacia".
Para consolidar esta estrategia de diferenciación, Gema Herrerías, vocal de Dermofarmacia del Cacof e impulsora de la Jornada, se refirió a la importancia del uso de los dermoanalizadores, "una herramienta clave en la actuación farmacéutica en Dermofarmacia, ya que permite realizar un control en los pacientes". Herrerrías ha manifestado que el análisis cutáneo y capilar mejora la calidad de la dispensación de los productos dermofarmacéuticos, ya que analiza y determina el estado en ese momento. "Gracias a esta tecnología se pueden resolver situaciones referentes a problemas de salud dermatológicos como oscurecimiento de manchas durante el tratamiento despigmentante, diferenciación entre rosácea o acné, caspa grasa de dermatitis seborreica o psoriasis, reconocimiento de lesiones como lentigos solares, queratosis seborreicas o queratosis actínicas, que son criterios de derivación al médico especialista", señaló.
Y es que, según se puso de manifiesto durante el encuentro, las farmacias andaluzas ya reciben más de cuatro millones de consultas anuales relacionadas con la piel, tres consultas diarias por farmacia, lo que para los promotores es indicativo de "la confianza en el farmacéutico como profesional de la salud". De estas consultas, habría que destacar desde las que están relacionadas con problemas de la piel que requieren tratamiento, como la psoriasis, el acné o la rosácea, a las relativas a los cuidados en etapas especiales como el embarazo, la lactancia, o la infancia.
Consultas en periodo de gestación
En lo que respecta al periodo de gestación, Herrerías, coautora del libro 'Las 100 preguntas del embarazo', presentado recientemente en Madrid, se refirió a posibles recomendaciones relacionadas con la "la fotoprotección y la fotoevitación, que son claves en la prevención de los problemas en la piel de la embarazada". Ésta destacó la capacidad del farmacéutico de "conocer las dermatosis más frecuentes para poder derivar al médico, si procede, ya que algunas de ellas pueden implicar riesgo materno-fetal".
Otras patologías de la piel que concitan el mayor número de consultas son, por ejemplo, la psoriasis, donde se ha puesto de relieve la importancia de la adherencia al tratamiento para el control de la patología, campo en el que, según incidieron durante la jornada, el farmacéutico puede jugar un papel fundamental por su mayor cercanía y conocimiento del paciente. Sobre el acné se aludió a la idoneidad de la farmacia comunitaria como centro de referencia para el manejo de esta dermatológica, la más frecuente en la adolescencia, que puede llegar a requerir de derivación al médico especialista en caso necesario. También se destacó la rosácea, donde el profesional de la oficina de farmacia puede actuar con un seguimiento farmacoterapéutico individualizado del paciente y en el control de la evolución de la patología.
En lo que respecta a la profesionalización del servicio de dermofarmacia, también se puso el énfasis en la necesidad de llevar a cabo una correcta cosmetovigilancia, notificando a la Agencia Española de Medicamentos cualquier efecto no deseado por el uso del producto cosmético, así como un conocimiento adecuado del etiquetado para recomendar el idóneo para cada tipo y estado de la piel.
Nicolas Gonzalez Casares: