El sociólogo y presidente de la empresa demoscópica GAD3, Narciso Michavila, ha destacado el ”valor social y humano de la farmacia” como garantía de futuro para hacer frente a los retos que afronta el sistema sanitario. Así lo ha recalcado Michavila en el transcurso de su ponencia celebrada en el 21 Congreso Nacional de Farmacéuticos que se está celebrando en Burgos.
Este experto ha afirmado que en un contexto marcado por el envejecimiento de la población, la sobreinformación, el individualismo y la trasposición de la responsabilidad sobre nuestra salud en terceras personas, “el sistema farmacéutico español, frente a otros, es un sistema eficiente y de confianza en el conjunto del sistema sanitario”.
El ponente ha alertado de que una de las amenazas de la farmacia comunitaria es su propio éxito. Ante esta situación ha insistido en que todos los actores del ámbito farmacéutico deben sumar esfuerzos, en la necesidad de comunicar más y mejor, y en dar más visibilidad a esa vertiente social de la farmacia, sin la cual no seríamos unos de los países con mejor sistema sanitario del mundo.
Este sociólogo ha querido ir un paso más allá, y explicar los cuatro ejes en los que se basa el éxito de la farmacia comunitaria. En este sentido, destacó que se compone de “unos binomios que se complementan perfectamente y cuyo equilibrio es la mejor garantía de la viabilidad del modelo”. En primer lugar, se ha referido al equilibrio entre globalización y localismo, pues la farmacia acerca el medicamento más avanzado al pueblo más remoto de la geografía española. Además, ha puesto el acento en el humanismo que aporta el farmacéutico, en una farmacia digitalizada, frente a otras alternativas basadas exclusivamente en las nuevas tecnologías.
Por otro lado, ha querido reconocer la especialización que ofrece la atención farmacéutica frente a la generalización de otras soluciones a la hora de acceder al medicamento. Y, por último, no ha dudado en reconocer que una de las fortalezas del modelo es la eficiencia y calidad de un servicio de gestión privada pero prestado bajo un estricto control público que, a diferencia de lo que ha ocurrido en otros sectores durante la crisis, evita situaciones críticas.