El desarrollo de la telefarmacia como herramienta básica para garantizar el proceso de mejora asistencial en el ámbito de la farmacia hospitalaria cuenta ya con un documento que analiza los beneficios de la aplicación de estas herramientas tanto para los profesionales como los pacientes.
El Hospital Universitario de Valme de Sevilla ha liderado este proyecto, desarrollado en el seno de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) que además se ha convertido en el el primer documento internacional que profundiza en los beneficios de la Telefarmacia como herramienta complementaria a la atención presencial.
La iniciativa se enmarca en el proyecto ‘Mapa Estratégico para la Atención al Paciente Externo‘ (MAPEX) de la SEFH como estrategia para favorecer el desarrollo y expansión de la Telefarmacia en España. Esta línea de actuación, iniciada en el año 2016 bajo la dirección del farmacéutico del hospital sevillano Ramón Morillo, que está orientada a homogeneizar la evolución de la profesión de los farmacéuticos hospitalarios en el entorno de la atención al paciente externo, especialmente en el registro creciente del número de pacientes crónicos, con el reto del concepto de ‘Atención Farmacéutica Dual‘ (la que combina el seguimiento presencial con el telemático) en los próximos años.
El trabajo para la creación de esta guía, igualmente liderado por Ramón Morillo con la participación en su coordinación de Emilio Monte (La Fe-Valencia) y Luís Margusino (Complejo A Coruña), dispone de la participación de una decena de centros nacionales: Valme, Puerto Real de Cádiz y Regional de Málaga desde Andalucía, los madrileños Hospital Gregorio Marañón, Ramón y Cajal y San Carlos, el Complejo Hospitalario de Navarra, el Complejo Universitario de León y los catalanes Vall d‘Hebron, Hospital del Mar y Sant Creu y Sant Pau.
La guía en su doble condición, para profesionales y para pacientes, se ha desarrollado en cuatro fases: revisión de literatura, entrevistas de consenso, desarrollo de talleres de trabajo online y debate y, por último, elaboración y validación de los documentos finales. Se trata de un documento ampliamente consensuado, cuyo borrador definitivo ha contado con una valoración pública de sugerencias y alegaciones durante un mes; así como una presentación al comité de pacientes de la SEFH.
El apartado destinado a los profesionales está pensado para dar las pautas en el desarrollo e implementación de programas de Telefarmacia. Se ha estructurado de forma que resalte los objetivos concretos, los beneficios asistenciales, las herramientas necesarias, así como las claves para implantarla. Mientras que la parte de la guía dirigida a pacientes se ha desarrollado como herramienta complementaria a la atención farmacéutica presencial desde la visión del paciente, destacando las herramientas más comúnmente utilizadas, los potenciales beneficios y las claves para facilitar la comprensión sobre la finalidad y uso de estas intervenciones.
La guía propone diferentes herramientas tecnológicas en cada uno de los ámbitos de la Telefarmacia. En el caso de la coordinación del equipo asistencial, refieren varias que posibilitan la promoción de la comunicación e intercambio de información entre profesionales sanitarios de dos maneras. Por un lado, la comunicación síncrona a través del teléfono o videollamada y, por otro lado, la comunicación asíncrona se basaría en el correo electrónico, plataformas de mensajería instantánea, web 2.0, herramientas de interconsulta a través de la historia clínica electrónica (HCE) o el uso de plataformas que combinan herramientas de mensajería con la HCE.
Las herramientas tecnológicas en el ámbito de formación e información de pacientes pueden ser diversas y presentar formatos muy variados. Entre ellas incluyen los blogs, redes sociales, wikis, servicios multimedia interconectados, vídeos, foros de discusión, infografías online, plataformas de formación o juegos interactivos online, entre otros.
Por lo que se refiere al seguimiento farmacoterapéutico, es posible emplear distintas herramientas basadas en las TIC, para comunicación en tiempo real o en tiempo útil. Las primeras, como el teléfono y las plataformas para videollamadas, permiten una comunicación bidireccional y a tiempo real entre paciente y profesional responsable para la resolución de dudas o la asesoría por teleconsulta. Respecto a las segundas, incluyen el correo electrónico, SMS, mensajería instantánea, notas de voz, vídeo o consultas vía web.
Para la dispensación y entrega informada de medicamentos a distancia pueden emplearse herramientas como el teléfono y videollamadas. Igualmente permiten una comunicación bidireccional y a tiempo real, clave para garantizar que la entrega de medicamentos a distancia se realiza de manera informada. Por su parte, entre las herramientas de tiempo útil figura el correo electrónico, SMS, aplicaciones web o aplicaciones móviles, soliéndose emplear para la programación de envíos, resolución de dudas, confirmación de recepción, autorización de envío, trazabilidad de la medicación, etc.
Los autores de este trabajo concretan como clave para la telefarmacia su conceptualización como una herramienta complementaria a la atención farmacéutica presencial que sirve para mejorar la atención al paciente en el entorno ambulatorio. A continuación, señalan como decisiva la elección de la herramienta tecnológica a utilizar, que dependerá del objetivo de la práctica farmacéutica concreta a distancia; así como de los recursos disponibles en el hospital y las capacidades tecnológicas de los pacientes y profesionales involucrados.
Describen numerosos beneficios de esta práctica que actualmente se combina con la actividad presencial. Por un lado, impulsa un modelo asistencial más humanizado y centrado en el paciente que pivota en el contacto continuado y estrecho con el paciente. Ello incrementa la accesibilidad, el contacto directo y la comunicación con los sanitarios, más allá del contacto de la consulta farmacéutica presencial.
Además de una atención más personalizada, promueve una mayor coordinación entre los diferentes servicios y niveles asistenciales, contribuyendo a una mejor gestión de citas y, por tanto, a una mayor eficiencia reduciendo los tiempos de espera de los pacientes. Asimismo, facilita al paciente el acceso a información rigurosa y veraz, junto al acceso a formación sobre su tratamiento; permitiendo aumentar la proactividad y empoderamiento del mismo.
Otro aspecto a destacar es la mejora de la flexibilidad de la entrega de la medicación al paciente, aproximándola a su domicilio o centro de salud. Además, esta práctica clínica también optimiza la seguridad del paciente al mejorar la trazabilidad completa del proceso de dispensación. “Todos estos ítems de mejora influyen en el incremento de la satisfacción de los pacientes, familiares y cuidadores con la atención sanitaria recibida”, aseguran.