La risperidona su fármaco antipsicótico que actúa sobre nuestro cerebro regulando la actividad de neuronas de ciertas áreas del mismo y dando lugar a efectos beneficiosos en determinados pacientes con enfermedades psiquiátricas, como pueden ser la esquizofrenia o el trastorno bipolar.
Igualmente, está autorizado para el tratamiento a corto plazo, durante un periodo máximo de seis semanas, de conductas de agresividad que pueden aparecer en pacientes ancianos con alzhéimer, así como a niños y adolescentes a partir de cinco años en aquellas situaciones en las que el médico lo considera apropiado.
El tratamiento con risperidona debe iniciarse a dosis baja, normalmente se aconseja iniciarlo a dosis de unos 2 miligramos diarios en pacientes con esquizofrenia o trastorno bipolar. Los días siguientes se debe de aumentar la dosis gradualmente en base a la recomendación del médico hasta la dosis de mantenimiento, que suele estar comprendida entre 4 a 6 miligramos diarios.
Los pacientes ancianos suelen requerir una dosis de inicio menor y un aumento del tratamiento más lento, debido a que en ellos es más probable el riesgo de reacciones adversas. La dosis, en caso de trastornos de agresividad, suele ser inferior 05 miligramos diarios en ancianos o miligramo diario en niños y adolescentes.
Disponemos en el mercado de presentaciones en forma de comprimidos y solución oral, igualmente a inyectables que se van a emplear para situaciones muy concretas. Tanto los comprimidos como la solución oral, se deben de tomar en una o dos administraciones diarias y la absorción no se va a ver comprometida por la administración junto con los alimentos.
Uno de los aspectos más importantes, tanto para la risperidona como con cualquier otro antipsicótico, es la adherencia al tratamiento. Es decir, tomar tu medicación y seguir las recomendaciones de tu médico, tanto en cuanto a la dosis como a la duración del tratamiento.
No olvides tomar tu tratamiento todos los días, no cambies la dosis que te ha recomendado tu médico y no suspendas el tratamiento, sin que el así te lo haya indicado debido a que podrías tener una recaída de los síntomas. La risperidona puede interaccionar con bastantes medicamentos como algunos destinados al tratamiento de la diabetes, la depresión e la epilepsia. Por lo tanto, no utilices ningún medicamento que no te haya indicado tu médico o recomendado tu farmacéutico.
Entre sus reacciones adversas más habituales destacamos el aumento de peso el insomnio o el dolor de cabeza. También, es muy habitual que pueda producir somnolencia con lo que ten cuidado a la hora de conducir o si tienes que realizar cualquier actividad peligrosa que requiera tu atención