Las dificultades para acudir presencialmente a los centros de salud por parte de los usuarios, así como la instauración de la atención telefónica, provocó que muchos pacientes tuviesen dificultades para renovar sus tratamientos o incidencias con los fármacos difíciles de solucionar con la agilidad requerida. En ese contexto, desde el mes de octubre de 2020 la Gerencia de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud instauró un nuevo protocolo de comunicación directa entre la farmacia comunitaria y las farmacéuticas de atención primaria para agilizar la resolución de incidencias con medicamentos de los pacientes, sin necesidad de que éstos pasasen por la consulta del médico de familia.
“En cuanto una farmacia tenía una incidencia con la medicación de un paciente, nos enviaba los datos -encriptados y anonimizados- al servicio de farmacia de atención primaria. El archivo contenía el código de la farmacia, el número del paciente, el medicamento con el que había el problema y un campo de texto libre para describir brevemente la incidencia: renovación de recetas, medicamentos en desabastecimiento, problemas de seguridad, medicamentos de urgencia, etc. Desde el servicio de farmacia de primaria, formado por cuatro farmacéuticas, nos comprometimos a responder a todas las incidencias en las siguientes 24 horas”, explica Silvia Casado, farmacéutica de atención primaria del Servicio Cántabro de Salud y miembro de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap).
El programa arrancó con apenas 38 farmacias comunitarias (En Cantabria se contabilizan alrededor de 280), pero con un volumen enorme de trabajo. Así, el 27 de octubre de 2020, apenas nueve días hábiles después de arrancar, las farmacéuticas de atención primaria ya habían recibido 148 incidencias, lo que suponía una media de unas 16 al día. “Al principio estuvimos un poco sobrecargadas, porque se entendió que en el proyecto tenía cabida cualquier incidencia, pero poco a poco fuimos depurando el proceso para que sólo se notificarán incidencias urgentes, es decir, aquellas en las que el paciente necesita la medicación y es imposible obtenerla si no se actúa de manera inmediata”, detalla Casado. Con el transcurrir de los meses, más de la mitad de las farmacias comunitarias de Cantabria se han unido al proyecto, que sigue en funcionamiento, aunque con unos ritmos de trabajo más relajados. En la actualidad, de hecho, la media de incidencias ya ha disminuido a una media de alrededor de cuatro por día.
Durante todos estos meses de trabajo, las incidencias más habituales atendidas por las farmacéuticas de atención primaria han sido las renovaciones de tratamientos y recetas caducadas (40%), el margen superado para la renovación (20%), una nueva prescripción o una nueva dosis no incluida en receta electrónica (15%), problemas con medicamentos que requieren visado (12%), problemas de desabastecimiento (5%), e incidencias sobre financiación y recetas interoperables (2%).