La Federación de Asociaciones de Farmacias de Cataluña (FEFAC) y la Federación Catalana de Asociaciones de Restauración y Musicales (FECASARM) “creemos que la propuesta del uso del certificado Covid digital para acceder a estos recientos es una buena opción para crear espacios de muy bajo riesgo de contagio, pero que hay que resolver un punto crítico: el acceso a los TAR de diagnóstico y el target principal de usuarios de estos establecimientos”.
Así lo han manifestado ambas entidades en un comunicado conjunto emitido tras la decisión de que discotecas, bares musicales y espacios similares podrán abrir a partir este viernes sus espacios interiores y exteriores con un máximo de aforo del 70%. Excepto para beber, dentro será obligatorio el uso de mascarilla y se permitirá el baile en cualquier zona del local.
La principal novedad de esta reapertura, según explica este comunicado del Gobierno catalán, tiene que ver con el acceso a estos espacios, prevista a través de la web VerificaCOVID.gencat.cat. Esta herramienta permitirá verificar la validez de los certificados Covid digitales emitidos por los estados miembros de la UE y del Reino Unido.
La entrada al local se permitirá a todos los que dispongan de certificado válido, es decir, con pauta completa de vacunación, haber pasado la infección en los últimos meses o disponer de una prueba diagnóstica con resultado negativo, hecha con un máximo de 72 horas de antelación si es una PCR o con 48 horas si se trata de un test rápido de antígenos (TAR) de diagnóstico.
Actualmente las farmacias catalanas utilizan dos tipos de test: los de autodiagnóstico, supervisados por el farmacéutico, a libre petición del ciudadano, que le permiten obtener un informe clínico del CatSalut en su carpeta ‘La Meva Salut’ sin código QR y no financiados por el CatSalut. Y los de autodiagnóstico, también supervisados, exclusivamente a grupos de personas registradas y designadas por el CatSalut, como en el caso de la campaña sanitaria para las actividades de ocio educativo de verano y actualmente a los alumnos y profe-sores vacunos de las escuelas, contacto estrecho de casos positivos, que generan certificado Covid digital de la UEy que están financiados por el CatSalut.
Esta situación lleva, según FEFAC a que “las personas que no dispongan de certificado Covid, las que no estén registradas en el CatSalut, las personas de otras comunidades, los extranjeros no europeos o los residentes no regularizados no puedan recibir a través de la farmacia ningún documento oficial para acreditar su estado de inmunidad, y tampoco Salut tiene algún tipo de control epidemiológico sobre las mismas, generándose así posibles focos de contagio incontrolados.
Desde FECASARM y FEFAC “creemos que es necesario habilitar urgentemente a las farmacias para realizar test de diagnóstico que permitan la obtención del certificado Covid digital de la UE a todos aquellos que lo deseen (para viajar, trabajar, asistir a eventos, entrar en locales…) y notificar los resultados al CatSalut o a Salud Pública para identificar los casos positivos asintomáticos y facilitar el código QR válido a los casos negativos, sean o no ciudadanos identificados en el CatSalut”.
Esta habilitación para poder realizar libremente en las farmacias test de diagnóstico “es algo común no solo en la Unión Europea, sino también en otras comunidades de España. En Aragón, el Departamento de Sanidad y el consejo de Colegios Oficiales de Farma-céuticos de Aragón (CCFOFA) suscribieron el pasado mes de junio un acuerdo para la realización de TAR diag-nóstico para generar certificados Covid digitales europeos a las farmacias de la comunidad.
“Las farmacias en Cataluña, en estos momentos, no pueden generar certificados Covid digitales de la UE a cualquier ciudadano, hecho que implica de facto generar barreras de acceso innecesarias al diagnóstico”, afirma el farmacéutico y presidente de FEFAC, Antoni Torres. “Si se mantiene el estado actual, se pierden muchas opciones de luchar contra la pandemia con la máxima eficiencia, ya que no se permite aprovechar la posibilidad de concienciar desde la farmacia al ciudadano de la importancia de vacunarse, aprovechando la confianza en su farmacéutico, se reduce la posibilidad de evitar botellones, no limita la picaresca sobre los certificados por razones de comodidad o precio y Salud Pública no dispone de tanta información como sea posible, concluye Torres.