El presidente asesor de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), Jorge Contreras ha reclamado este jueves que las donaciones otorgadas por la Fundación Amancio Ortega para la renovación del parque tecnológico sanitario se realicen con “planificación” y que no supongan inyecciones económicas puntuales.
Contreras ha realizado estas afirmaciones en un encuentro organizado por Europa Press, en el que se ha presentado el Libro Blanco de la Oncología Radioterápica en España, impulsado por la SEOR.
El presidente asesor de la entidad ha indicado sobre este trabajo que su objetivo es dar una visión actualizada y una previsión de futuro de la realidad asistencial de la especialidad.
Contreras, en referencia a la primera donación de la Fundación Amancio Ortega en 2015, supuso “un antes y un después”, para paliar la situación “de catástrofe” en la que se encontraba el parque sanitario español de equipos de alta tecnología.
La donación permitió a España situarse en “una situación extremadamente buena”, pero que sin los fondos de Inveat (Plan de Inversiones en Equipos de Alta Tecnología) previstos en los actuales presupuestos, donde e incluye la donación prevista por la Fundación para este año, “se puede volver atrás”
En ese sentido, el presidente de la SEOR, Antonio Gómez Camaño, demanda realizar una estrategia de futuro basada en una previsión de necesidades.
Gómez Camaño aplaude el sentido de este tipo de donaciones, puesto que si van dirigidas a favorecer el tratamiento de los pacientes con cáncer, “no hay más debate” ha asegurado.
El editor del Libro Blanco, Carlos Ferrer Albiac ha indicado que en España no ha habido una inversión continuada en equipamiento y ello ha provocado que se trabajase “con una dotación que no era la más moderna”.
Las dos donaciones de la Fundación Amancio Ortega suponen dos grandes impulsos que colocarán a la Oncología Radioterápica, según Camaño, “en un momento mágico”, que además de permitir tratamientos que no se hacían, van a servir también para mejorar la “formación e investigación”.
Mertitxell Arenas, coeditora del Libro Blanco, asegura que “sin investigación, en nuestra especialidad, no se avanza”, especialmente en el desarrollo de biomarcadores que sirven para predecir si los pacientes responden a los tratamientos, pero también para indicar si tendrán efectos secundarios.
En estos momentos, según indica Contreras, “las recomendaciones de las sociedades científicas hablan de un 70% de beneficio a los pacientes por la radioterapia, y hasta un 40% podrían aspirar a la curación de la enfermedad.