La presencia de interacciones a fármacos es personas seropositivas es mayor entre las mujeres que entre los hombres. Así lo demuestra un trabajo realizado por el servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Mateu Orfila, de Mahon, basado en el empleo de PROMS y PREMS, que recientemente ha sido publicado por la revista ‘Aids Care’.
Gabriel Mercadal, doctor en Farmacia del citado centro, explica que el trabajo aboga por “un tratamiento diferenciado”, que en definitiva lo que pretende es avanzar en la confección de un ‘traje a medida’ para la atención diferenciada por sexo.
El objetivo del estudio, iniciado en 2020 plantea la necesidad de una medicina, cada vez más personalizada, que en el caso concreto del trabajo, tenga en cuenta los factores asociaciones al perfil femenino. Según explica Mercadal evidencia que la medicación que reciben estos pacientes implica “diferentes interacciones y mayor carga colinérgica, con efectos secundarios a distintos niveles, incluido el sistema nervioso central”.
A través de los sistemas de encuestas a pacientes PROMS y PREMS, arrojaron la evidencia de que “hay mayor porcentaje de alteración en la esfera de lo psiquiátrico” y que nos indica que “hay una diferencia de género que nos tiene que hacer ver que el abordaje de los hombres y las mujeres en no puede ser el mismo”.
Para Mercadal, la diferencia “probablemente” nazca de las diferencias que existen “desde el punto de vista genético, hormonal, temas de tipo sociocultural, del ambiente… “, entre hombres y mujeres.
A través de ‘Naveta’, la aplicación informática que contiene la información sanitaria del paciente en Baleares, se plantea en el trabajo un seguimiento farmacoterapéutico con el objetivo de constatar los efectos secundarios de la medicación, así como de otras cuestiones, como por ejemplo la ‘estigmaticación’, “algo en lo que las pacientes VIH también presentan un grado superior”, asegura.
El objetivo es que la farmacia hospitalaria detecte este tipo de cuestiones y que después puedan ser trasladados a otros servicios. “muchas veces los problemas, sobre todo en el ámbito psiquiátrico probablemente vengan de que los pacientes reciben más medicación de la que necesitan”, asegura Mercadal quien no descarta en varios casos, “la principal acción que tenemos que hacer es ‘desprescribir’. A veces menos es más”, afirma-
Todo ello se realiza en un contexto de abordaje multidisciplinar de farmacia hospitalaria, medicina interna y enfermería, en pro de un tratamiento lo más ajustado a las circunstancias del paciente Los tratamientos especializados son los mismos para hombres como para mujeres, “pero es verdad que en la esfera de la mujer, lo que se trata es que debemos hacer no solo del tratamieto antiretroviral sino de todos los trataiento concomitantes, porque en el caso de las mujeres, lo que nos estamos encontrando que hay más interacciones y que tienen seguramente más efectos secundarios de tipo neuropsiquiátrico, dolores musculares”, afirma Gabriel Mercadal. “Seguramente todo ello no nos haga cambiar un tratamiento retroviral, pero sí dar unas pautas sobre hábitos de vida saludable, ejercicios, dietas, añadir o retirar algún medicamento.”
El trabajo se hace en un contexto pleno de integración de la farmacia hospitalaria en el resto de servicios del centro. “La farmacia hospitalaria ha salido de sus cuatro pareces y ha entrado en otros campos como las consultas externas”, asegura Mercadal, para quien este trabajo no se podría realizar sin estar “totalmente integrados en los equipos asistenciales”.