Las infecciones causadas por llevar una sonda o catéter urinario durante mucho tiempo son algunas de las que más presentan algún tipo de resistencia bacteriana, lo que acaba afectando la calidad de vida de las personas que las padecen. En este contexto, un grupo de trabajo del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), de la Unidad de Investigación Biomédica y del equipo de Control de las Infecciones del Servicio de Medicina Interna del Hospital Sant Joan de Reus y de la URV, han llevado a cabo un estudio para identificar biomarcadores en el suero y en la orina que permitan valorar cuándo es realmente necesario administrar algún antimicrobiano (antibióticos y también antifúngicos), con el fin de promover un uso más responsable y consciente de estos fármacos.
El equipo investigador de este estudio ha identificado una molécula, la paraoxonasa–1, que si se encuentra alterada en el caso de pacientes que llevan tiempo con una sonda urinaria y que presentan una infección, indica que sí es necesario un tratamiento con antibióticos. Jordi Camps, bioquímico e investigador de la Unidad de Investigación Biomédica, afirma que “esta molécula se puede identificar de forma rápida y fácil en cualquier laboratorio, lo que abarata el coste de este procedimiento”. Si los resultados de este hallazgo científico se pusieran en práctica ayudaría a evitar que muchos de estos pacientes tengan que ser tratados de forma innecesaria con antibióticos. Por otro lado, esto contribuiría a aliviar la presión hospitalaria que hoy en día soporta nuestro sistema de salud.
“Vivimos en la era postantibiótica: cada vez tenemos más pacientes con infecciones por gérmenes que son resistentes a casi todos los antibióticos; en ciertas ocasiones nos encontramos que no queda ningún antibiótico disponible para tratar las infecciones que presentan. En otras palabras: hay pocos antibióticos que salgan al mercado y muchas bacterias multirresistentes. Debemos frenar la aparición de estos gérmenes multirresistentes y optimizar al máximo los antimicrobianos que utilizamos”, afirma Simona Iftimie, médica del equipo de Control de las Infecciones.
El estudio ha llevado a los investigadores a realizar otro hallazgo significativo: han identificado otra molécula, el ácido araquidónico, que ayuda a predecir si a una persona con COVID se le puede complicar la enfermedad teniendo que ser o bien ingresada en planta (en caso de que haya acudido a Urgencias de un hospital), o teniendo pasar posiblemente a la UCI, si ya se encuentra hospitalizada. Este indicador, en el caso de ser aplicado finalmente por profesionales de la salud, revolucionaría el diagnóstico y tratamiento de la COVID, ya que hasta ahora no hay suficientes marcadores que puedan ayudar a predecir el riesgo de un paciente de llegar a evolucionar hasta un estado crítico.
Estos hallazgos son el resultado de un estudio que recibió financiación de la Fundación La Marató en su edición de 2017 (dedicada a las enfermedades infecciosas). Si bien su objetivo inicial era estudiar biomarcadores que ayudaran a los y las profesionales de la salud a tomar decisiones más acertadas en relación con el tratamiento de infecciones en pacientes con catéteres urinarios, la eclosión de la pandemia provocó un cambio de rumbo en el proyecto (a partir de ese momento incluyó en su estudio a personas con COVID).