El Gobierno ha remitido a Bruselas el Plan Presupuestario para 2024, en el que destaca el mantenimiento de las previsiones de gasto en el ámbito sanitario. De acuerdo con el documento, el Ejecutivo de Pedro Sánchez considera que el gasto público en Sanidad se mantendrá en el próximo ejercicio en el 6,7% del producto interior bruto (PIB), igual que la cifra estimada para 2023. Respecto del gasto público total, la Sanidad se llevará un 14,5% de los fondos que manejen las administraciones.
En lo que se refiere a la afectación a las comunidades autónomas, el Plan asegura que el escenario en 2024 tendrá una “mejora sustancial” con respecto a 2023 en los recursos del sistema sujetos a entrega a cuenta y liquidación dada la favorable evolución de los ingresos tributarios del Estado. De este modo, señala que la evolución de los gastos será “más contenida que la de los ingresos”, dando como resultado una previsión de cierre del -0,1 por ciento del PIB, cifra que contribuirá a lograr el objetivo del 3% de déficit para toda España, según el compromiso de España en el Programa de Estabilidad.
Aunque no profundiza en el detalle de los gastos ni de las políticas de ahorro en el ámbito sanitario, el Plan asegura que están en marcha unas medidas de ahorro en gasto farmacéutico y hospitalario que se estiman en 138,5 millones de euros para 2023 y en 28,1 millones de euros adicionales en 2024. El único detalle se presenta en relación con los ahorros por la compra centralizada de medicamentos que, según el Plan aportará un ahorro de cuatro millones en 2023 y diez en 2024.
Las previsiones establecidas por el Ejecutivo resultan muy optimistas, a pesar del panorama global marcado por tensiones geopolíticas y políticas monetarias restrictivas, Según el Plan Presupuestario 2024 enviado a la Comisión Europea, el país anticipa un “crecimiento del PIB del 2%”, una cifra que supera el promedio de la zona euro.
La economía española ha mostrado una “solidez y resiliencia” notable, respaldada por un mercado laboral dinámico y la “rápida implementación del Plan de Recuperación”. La creación de empleo ha sido particularmente destacable; en el primer semestre del año, “el 60% del empleo total generado en Europa lo ha hecho en España”, principalmente en sectores como la I+D, la ciencia y las TIC.
Además, las proyecciones indican que la tasa de desempleo seguirá disminuyendo, situándose “por debajo del 11%” en 2024, un logro atribuido a una combinación de políticas internas efectivas y un entorno económico global favorable. El consumo interno se espera que sea uno de los principales motores del crecimiento económico, apoyado por la “mejora de la posición financiera de hogares y empresas”.
A nivel fiscal, el compromiso con la estabilidad presupuestaria se refleja claramente en el plan. El gobierno tiene como objetivo “reducir el déficit al 3% en 2024”, una meta ambiciosa pero alcanzable en el contexto de una economía en recuperación. La ratio deuda/PIB también está en camino de reducirse, proyectada para alcanzar “el 106,3%” en 2024.
El Plan de Recuperación de España juega un papel crucial en esta narrativa positiva. Con un “despliegue eficaz” del plan, España ha liderado en Europa, con un impacto directo en el crecimiento del PIB y la inversión empresarial. La política económica interna, marcada por una “significativa reducción del déficit y la deuda pública”, ha demostrado ser compatible con el fortalecimiento del estado de bienestar.