El estudio SeDREno (2022), cuyo objetivo era analizar la prevalencia de la desnutrición en los hospitales y su relación con las complicaciones durante el ingreso, la mortalidad y la estancia hospitalaria, refleja que el 30% de los ingresados sufre de Desnutrición Relacionada con la Enfermedad (DRE), alcanzando un 35% en las personas mayores de 70 años.
En función de la enfermedad, un 48% de los afectados por disfagia presenta DRE, así como un 43% de las personas con deterioro cognitivo, casi un 40% con cáncer, un 38% con enfermedades gastrointestinales, alrededor de un 35% con diabetes y un 33% con enfermedades cardiovasculares. Asimismo, el documento refleja también que las mujeres mayores de 70 años que ingresaron de manera urgente presentaban DRE en un porcentaje ligeramente mayor.
Francisco Pita, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), ha ahondado en los datos que presenta este estudio y reivindica “la importancia de contar con Unidades especializadas” en el abordaje de DRE, “para que los profesionales dispongan de formación especializada y actualizada en la detección y el tratamiento nutricional”. Pita ha realizado estas manifestaciones, en el marco de la celebración de la Malnutrition Awareness Week, que cuya celebración se ha iniciado este lunes.
Los datos del estudio muestran también, en relación a las situaciones clínicas o enfermedades que se asociaron con un mayor riesgo de desnutrición en los pacientes hospitalizados son la diabetes, el cáncer, los trastornos gastrointestinales y el número de fármacos administrados. Según explica Pita, estas cifran “avalan la importancia del abordaje de la DRE, que ya en el estudio PREDYCES, realizado hace 10 años, afectaba al 25% de la población, lo que evidencia un aumento en su prevalencia”. En su valoración el especialista asegura que a lo largo de los años “no se le había dado la importancia necesaria” a este problema.
“Al demostrar que los pacientes desnutridos aumentaban el gasto y la estancia hospitalaria, se consiguió llamar la atención al poner el foco en la gestión y el consumo de recursos”. Además, el endocrinólogo ha destacado que la DRE redunda en el incremento de los reingresos y en la mala evolución del paciente: “La DRE es un factor de riesgo de mortalidad. Si el estado nutricional no es el adecuado, la función muscular no mejorará y habrá un mayor riesgo de infecciones por alteración de la inmunidad”.
Pita insiste también en la necesidad de incorporar dietistas-nutricionistas en las Unidades de Nutrición de los hospitales en todas las Comunidades Autónomas, así como en llevar a cabo un cribado nutricional universal tanto en Atención Primaria como en Atención Hospitalaria. Por otra parte, “debería haber equidad en la financiación del tratamiento nutricional entre las distintas CCAA, así como en la revisión y la ampliación de las indicaciones de financiación de suplementos nutricionales orales y enterales”. “Podemos ser muy eficientes en la detección y valoración de la DRE, pero si el paciente no puede recibir el tratamiento necesario, supone un desgaste y un consumo de recursos, además de la impotencia de no poder ofrecer al paciente el tratamiento que necesita”, ha añadido.
Los cribados, esenciales
En cuanto a los desafíos de los profesionales en el abordaje de la DRE, en palabras del Dr. Pita, “lo primero es la detección”: “Si no somos capaces de realizar un cribado e identificar a los pacientes que están en riesgo de padecer esta enfermedad o ya la tienen, no podremos realizar un plan nutricional adecuado”. El endocrinólogo también subraya la complejidad de los pacientes y las enfermedades, porque, aunque “cada vez hay más tratamientos y se conocen mejor las enfermedades, los pacientes son más complejos por la edad, las enfermedades, los tratamientos, etc., por lo que es fundamental estar pendientes y anticiparse a lo que va a pasar”.
La escasez de recursos humanos es también un reto al que se enfrentan los especialistas: “Desde la SEEN se había estimado la necesidad de un médico especialista en Endocrinología y Nutrición por cada 300 camas, una enfermera con conocimientos en el área de Nutrición por cada 200 camas y un dietista-nutricionista por cada 200 camas”, asegura Pita. Sin embargo, el miembro del Área de Nutrición de la SEEN destaca que en un análisis reciente se ha detectado que las Unidades de Nutrición tienen una enfermera dedicada a la nutrición, “pero el 26% de las Unidades no tienen ni siquiera una enfermera”.