La Organización Mundial de la Salud ha lanzado una iniciativa global (Global Patient Safety Challenge on Medication Safety), tras las que dirigió en 2005 a la higiene de manos y en 2008 al fomento de prácticas quirúrgicas seguras, que tiene como objetivo reducir a la mitad los daños asociados a la medicación en todos los países del mundo durante los próximos cinco años.
A través de esta iniciativa, tratarán de identificar las debilidades que son causa principal de los errores y los daños producidos por la medicación en los diferentes sistemas sanitarios, con la intención de mejorar la forma en la que los medicamentos son prescritos, dispensados y administrados y aumentar la conciencia de los pacientes con respecto a los riesgos asociados a un mal uso.
Este reto responde al hecho apuntado por la OMS por el cual los errores de medicación serían la causa de, al menos, una muerte diaria y daños en cerca de 1,3 millones de personas al año sólo en Estados Unidos. Más allá del impacto en términos de salud, la OMS estima que los errores de medicación estarían teniendo un coste global de unos 42.000 millones de dólares anuales, lo que representa casi el 1% del gasto sanitario total.
Las causas de los errores
Entre las causas de estos errores, desde la OMS apuntan a la fatiga que acumulan los profesionales sanitarios, la saturación de los sistemas sanitarios, los recortes de personal, la formación inadecuada o la provisión de información errónea a los pacientes, así como la falta de coordinación entre niveles asistenciales, entre otras razones. "Todas o casi todas ellas son evitables", señalan. Por eso, llaman a los países a que tomen este reto como una de sus prioridades y que pongan en marcha acciones que vayan dirigidas a prevenir las causas previamente citadas.
En lo que respecta a la iniciativa de la OMS, ésta estará centrada en cuatro áreas: pacientes y público general; profesionales sanitarios; medicamentos, y sistemas y prácticas de medicación. Para todas ellas se proponen la introducción de mejoras, de modo que se abarque todo el ciclo: desde la prescripción, pasando por la dispensación, la administración y la monitorización del uso. Para ello, se proporcionará una guía y se desarrollarán estrategias, planes y herramientas que contribuyan a garantizar que el proceso de medicación es seguro.