La utilización de sistemas como el ozono o la radiación ultravioleta para la desinfección de superficies que pudieran contener SARS-CoV-2 no sería suficientemente efectivo para desinfectar totalmente las superficies, según un estudio de revisión bibliográfica llevado a cabo por la Red de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (RedETS).
Según este informe, que ha sido elaborado por expertos de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS) del Instituto de Salud Carlos III, “la evidencia disponible sugiere que ambos dispositivos pueden reducir la población de virus de una superficie, sin embargo, se desconoce si esa reducción es suficiente para conseguir la desinfección”.
Además, desde la AETS se advierte de que la utilización de estos procedimientos podrían implicar riesgos para la salud. A este respecto, señalan “daños oculares, daños en la piel o irritación de las vías respiratorias”, por lo que recomiendan que la utilización de estos dispositivos se realce “de forma controlada” por parte de personal formado en el uso de estos dispositivos y equipado adecuadamente para minimizar el riesgo de exposición.
El análisis realizado se ha centrado en estudios que analizan la eficacia de estos métodos para desinfectar habitaciones en un hospital pediátrico, la desinfección de mascarillas con radiación UV. En todos estos estudios se concluye que la UV sería eficaz en la reducción de patógenos, aunque sería más efectiva para la desinfección de bacterias que para virus.
En relación con la utilización de ozona, en los estudios incluidos se concluye que este producto reduce la carga vírica de la superficie donde se aplica, aunque la reducción depende de la dosis de ozono administrada, el tiempo de contacto y la humedad relativa, entre otros factores.