La participación de los diferentes stakeholders en relación con los informes que realizan las agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (ETS) en el marco de la Red de Agencias de ETS (RedETS), centró una de las mesas de la jornada ‘Futuro de la evaluación de tecnologías sanitarias en España y Europa’ celebrada en el Instituto de Salud Carlos III hace unos días.
Con el título ‘experiencias de participación de agentes de interés en ETS’, la mesa moderada por Jesús González, de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) abordó las relaciones que la RedETS tiene con la industria farmacéutica, los profesionales sanitarios y los pacientes.
Las relaciones con la industria fueron expuestas por Pedro Serrano, jefe de Servicio de Evaluación y Planificación del Servicio Canario de Salud (SESCS), quien explicó que la RedETS ha trabajado en un documento que define con transparencia la colaboración entre industria y agencias, especialmente “en las situaciones en las que la evidencia publicada es escasa”.
Las compañías solicitan “conocer realmente cómo es el proceso de evaluación y que sea homogéneo tanto a nivel europeo como nacional”, explicó Serrano. Por eso es importante que exista “ese marco transparente del procedimiento, de manera que haya una colaboración franca”, indicó.
Este documento se ha hecho “a partir de revisión de literatura y páginas web así como entrevistas a pacientes, políticos, industria, RedETS y, al final, se ha hecho un Estudio Delphi con los miembros de la red”, explicó. De este modo, próximamente se empezarán a libertar procedimientos para cada situación de interrelación con la industria, “empezando por los más sencillos”, matizó.
Evaluación en tecnologías emergentes
Serrano explicó que la evaluación de tecnologías emergentes es una de las situaciones más complicadas de evaluar ya que no hay guías para elaborar el dossier de la industria, hay diferencias notables en la calidad de los informes a consecuencia de los medios de los que disponga el fabricante a causa de su tamaño, además se encuentra el reto de que “la información aportada por la industria es habitualmente considerada como confidencial”, entre otras situaciones.
Por ese motivo, entre las acciones que se han establecido para la colaboración entre industria y agencias en tecnologías emergentes se busca la mejoría de la calidad de los informes y la capacidad de todas las partes. Para ello, “se impulsan diálogos y asesoría temprana”. No obstante, la “elección del momento adecuado de la evaluación” es muy relevante para el responsable del SESCS ya que el manejo de información confidencial dificulta la evaluación y es posible que con “esperar solo un poco la información ya esté publicada”.
En relación con el manejo de esta información confidencial, Serrano explicó que se debe “consensuar” su tratamiento, así como “limitar las interacciones, estandarizarlas y plasmarlas en actas”. Por último, consideró necesario establecer los tiempos máximos para cada proceso del informe, así como prever “las consecuencias de los incumplimientos”.
Los pacientes en la evaluación
La participación de los pacientes a los procesos de la RedETS fue expuesta por Iñaki Gutiérrez-Ibarluzea, director de Osteba, la agencia vasca. Este experto explicó que, aunque “no se conoce, hace tiempo que incorporamos a los pacientes” en las evaluaciones de la red.
La importancia de incorporar a los pacientes fue justificada por Gutiérrez-Ibarluzea en materia de “relevancia, equidad, legitimidad, y para formar a la ciudadanía”. Además, expuso que el valor que se otorga a una tecnología puede variar de forma importante “en función de países, culturas y partes interesadas”. Por eso, “la posición más común es que los resultados del paciente deben estar en el centro de las evaluaciones”.
El responsable de Osteba explicó que existe un “proceso estructurado” para incorporar a los pacientes. Además, existen “desarrollos metodológicos” para esta incorporación.
El momento de requerir la participación de los pacientes es en diferentes puntos: revisión del protocolo, desarrollo del informe, revisión del protocolo final. Además, Gutiérrez consideró que es “más fácil en las guías de práctica clínica en enfermedades crónicas”.
Como conclusión, este experto consideró que “el proceso de incorporación de la sociedad y pacientes es un deber en sí mismo, no por que quede bien”. Según él, las agencias se deben “abrir a la sociedad y pacientes” pero también hay que asegurar que sean “realmente” pacientes ser los que se incorporen ya que, explicó, “hay muchos pacientes profesionales, que son los que mejor hablan, pero no son los que tienen el mejor sentir”.
Profesionales y los conflictos de interés
La mesa se cerró con la participación de Paloma Arriola, jefa de Área de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), quien abordó la participación de los profesionales en las evaluaciones que realiza la RedETS.
En primer lugar, Arriola explicó que es importante su participación porque de este modo se implican más en la priorización, elaboración, difusión e implantación. Además, los profesionales son “el periscopio para identificar” tanto tecnologías emergentes como también obsoletas.
Uno de los aspectos en los que se puso más énfasis fue en los criterios de selección de los profesionales que actúan en los diferentes roles de autor, participante en el panel de expertos o revisor así como en su labor de orientación del desarrollo del protocolo, evaluación e interpretación clínica. Por ello, Arriola explicó que “hay que seleccionar expertos con experiencia, sin conflictos de interés y con disponibilidad”.
Arriola explicó que al principio los clínicos veían con dudas los informes de la RedETS ya que consideraban que con las guías de sus sociedades científicas era suficiente. Por ello, trataron de explicar la metodología, las implicaciones de las agencias de evaluación y se trató de involucrarlos para aportar información y crear cultura evaluativa.
Para la selección de expertos, Arriola explicó que se han “dotado de instrumentos” que sirven para identificar casos de conflictos de interés. A este respecto, reconoció que “es muy difícil que alguien calificado de experto pueda ser ajeno a la industria” y, a pesar de ello, señaló que el rechazo de expertos registrado “ha sido muy minoritario” y en todos los casos por han sido los propios interesados quienes han rechazado participar a la vista del formulario. “Nosotros no hemos excluido a nadie, como mucho les hemos dejado para procesos posteriores”, explicó.
Una de las cuestiones que suscitaron interés entre los miembros de las distintas agencias fue la posibilidad de intercambiar las listas de expertos que hayan superado las evaluaciones de conflictos de interés.