La Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (Facme) ha hecho un llamamiento al Ministerio de Sanidad para proceder a la revisión del protocolo Estrategia de detección precoz, vigilancia y control de covid-19. Según ha expresado en un comunicado, el protocolo “mantiene algunos aspectos e indicaciones que sería necesario ajustar con las nuevas propuestas”, aras de “mejorar y disminuir la expansión del virus, proponiendo una visión más amplia y operativa de la recogida y análisis de muestras”.
Asimismo, la federación ofrece el conocimiento y experiencia de los grupos de trabajo constituidos por profesionales de las diferentes sociedades científicas que la componen, con una visión multidisciplinar.
Según, explica la entidad en un comunicado, las recomendaciones del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC), los test de antígenos rápidos -cuya gran ventaja es la inmediatez del resultado, en 15 minutos, aunque la sensibilidad sea inferior a la de la PCR- “están aprobados para casos sospechosos y precisan validaciones locales para su aplicación, algunas de las cuales se han realizado ya en España, sirviendo de gran ayuda para definir la utilidad del test en diferentes escenarios”. En base a estos avances, Facme considera necesario “revisar los protocolos vigentes teniendo en cuenta los siguientes aspectos en el manejo de casos y contactos en Atención Primaria y los Servicios de Urgencias”.
Esta entidad considera que en los pacientes sospechosos de infección por covid-19 tras valoración clínica “se recomienda como prueba inicial el test antigénico”. Si bien indica que en los casos de alta probabilidad de enfermedad y resultado negativo “se debe complementar con una PCR en el mismo acto; en caso de no estar disponible se podría repetir el test antigénico entre 2 y 4 días después. De no confirmarse el diagnóstico se puede realizar serología con detección de Ig M y/o Ig G a partir del séptimo día de los síntomas”.
En los contactos estrechos continuados (convivientes o relación estrecha) se recomienda “realizar el test antigénico en el menor tiempo posible para detectar nuevos casos, lo que a su vez permite extender el estudio a sus contactos”. Cuando el resultado es negativo, además de indicar la cuarentena, se puede repetir el test antigénico no más tarde del séptimo día desde el último contacto.
Por su parte, en los contactos estrechos puntuales (15 minutos a menos de dos metros sin protección adecuada como indicación general pero no única) se recomienda “cuarentena y estudio con test antigénico no más tarde del séptimo día y no antes del tercero”.
En lo que se refiere a los contactos no estrechos, según Facme “solo se recomienda estudio en situaciones especiales como centros sanitarios, sociosanitarios y otras instituciones”. En todos los contactos se recomienda aumentar las medidas de protección frente a los demás y vigilancia activa de síntomas durante 10 días.
Cribados masivos, no recomendados
Los cribados poblacionales masivos “no están recomendados salvo en brotes localizados con una gran incidencia”, ya que la menor sensibilidad y el valor predictivo de la prueba, daría lugar a un aumento de la tasa de falsos positivos. No se ha realizado ningún estudio que demuestre la utilidad de este tipo de medidas, por lo que cualquier actuación debería venir precedida de la correspondiente validación. De hecho, los resultados preliminares de las validaciones en marcha sugieren una importante pérdida de sensibilidad en pacientes asintomáticos sin contacto conocido
Igualmente, recuerda que , los test tienen falsos positivos y falsos negativos, y por ello “es necesaria su indicación e interpretación” en función de las características clínicas del paciente, de la toma de la muestra y la situación epidemiológica.
Así, un resultado negativo de una prueba de antígenos no excluye el desarrollo de enfermedad o la posibilidad de contagiar (sobre todo en los días inmediatamente posteriores a la prueba) y no es buena idea relajar las medidas de distanciamiento social basándose en una prueba negativa que genera una falsa seguridad.
Por todo ello, Facme pide al Gobierno de España y a los de las comunidades autónomas que aseguren las medidas contrastadas para controlar la pandemia, que se revisen los protocolos siguiendo las recomendaciones científicas, que se unifiquen las líneas maestras de actuación en las diferentes comunidades y centros sanitarios aunque precisen adaptaciones operativas locales, que se asegure la colaboración entre equipos de rastreo y asistenciales, que se utilicen los recursos disponibles de manera consecuente siguiendo las indicaciones clínicas y que se evite crear conflictos con los profesionales sanitarios cuando más necesario es que estemos concentrados en nuestra labor y más cansancio se acumula en cada uno de nosotros y en el sistema de salud.
Aseguran que “desde la comunidad médica y científica, desde todas y cada una de las especialidades y puestos de trabajo, no dejaremos nunca de ofrecer nuestra máxima colaboración, con el máximo rigor, con el propósito común de conseguir la erradicación completa de esta enfermedad y como objetivo inmediato evitar una tercera ola ante la inevitable socialización asociada a las fechas navideñas”.
El objetivo es, con el esfuerzo de todos y un uso adecuado de recursos humanos y pruebas diagnósticas, “reducir la incidencia de casos de Covid-19 a límites de seguridad ante las escaladas futuras y disminuir la presión sobre el sistema sanitario, recuperar la atención a los pacientes crónicos y pendientes de cirugía y favorecer la actividad económica y social del país”.