La falta de planes personalizados de actualización y desarrollo profesional es lo primero que los profesionales echan en falta en la oferta formativa actual de EMC (51%), según los datos de la ‘Encuesta sobre la educación médica continuada (EMC)’ realizada por Hiris de la Sanidad.
Según los datos del trabajo, en relación con la educación médica continuada necesaria para mantener, actualizar y desarrollar su actividad profesional, los profesionales sanitarios se consideran competentes en su nivel de ejercicio profesional (98%). Sin embargo, solo un 30% afirma disponer de un plan de actualización y desarrollo profesional personal y un 40% considera que la institución en la que trabaja se preocupa por la actualización de sus competencias profesionales y facilita los recursos y los incentivos para hacerlo.
Además, los profesionales sanitarios muestran honda preocupación por la capacidad de mantener al día sus conocimientos. En concreto, un 72% opina que el nivel de desarrollo de conocimientos de su especialidad es más rápido que sus posibilidades de puesta al día.
Por otro lado, una gran mayoría cree que la recertificación de competencias profesionales debería implantarse (78%) y ser obligatoria (72%).
De cara al futuro, la falta de planes personalizados de actualización y desarrollo profesional es lo primero que los profesionales echan en falta en la oferta actual de actividades de EMC (51%), junto con la consideración de la conciliación laboral-familiar de dichas actividades y la posibilidad de realizar estancias fuera del centro habitual de trabajo (50%).
Otras demandas de los profesionales sanitarios son la posibilidad de realizar estancias de especialización fuera de la propia organización sanitaria para complementar conocimientos o conocer cómo trabajan otros (44,3%),
Los profesionales sanitarios dedican un gran número de horas a su actualización profesional. De media, destinan un total de 54,5 horas mensuales a todas las actividades relacionadas con la EMC. Destaca en primer lugar la lectura de libros y revistas médicas (15,9 horas al mes). Una parte menor (12,6 horas) son actividades formativas organizadas por el propio centro, servicio o institución sanitaria donde trabajan.
Por otra parte, cabe destacar el tiempo total dedicado a la formación de sus colegas, un total de 16,7 horas mensuales. En concreto, el número de horas al mes que dedican los profesionales sanitarios como formador de otros compañeros de su servicio, hospital, equipo y/o organización sanitaria es de 11,8 horas y a compañeros de otros centros y/o organizaciones sanitarias de 4,9 horas de media.
Para la mayoría de los profesionales sanitarios, la aplicación de los contenidos a la práctica diaria es el principal criterio de elección de actividades de EMC (75%). Seguido de lejos de la facilidad para conciliar la vida laboral y familiar (25,9%), que la actividad esté alineada con el plan de carrera profesional (24,6%), que cuente con acreditación oficial (23,3%) o por el prestigio de la entidad académica a cargo de la actividad (22,3%).
Los formatos híbridos, presencial y virtual, se imponen como la opción más valiosa para los profesionales. La modalidad preferida para la realización de las actividades de EMC es la híbrida con predominio presencial (preferida por el 45% de los profesionales), seguida de la híbrida con predominio virtual, (mencionada por un 28% de los mismos).
Para casi la totalidad de los profesionales sanitarios encuestados, la educación médica continuada es una obligación ética personal, independientemente de su reconocimiento e incentivación (96%). El 74% afirma que la EMC es una responsabilidad fundamental de las instituciones sanitarias donde trabajan, el 68% considera que se trata de una responsabilidad fundamental de las sociedades científico-médicas y el 46% de los colegios profesionales.
Una amplia mayoría consideran que la Industria Farmacéutica debe mantener su colaboración activa en la EMC de los profesionales sanitarios (81%).
En línea con esta afirmación, una amplísima mayoría de los profesionales encuestados opina que la Industria Farmacéutica y Tecnológica debe poder financiar actividades de EMC organizadas con las instituciones y asociaciones profesionales (88%), al tiempo que además pueda organizar y ofrecer actividades de EMC organizadas por dichas industrias (83%). Mientras que el 60% está totalmente en desacuerdo en que se reduzca el papel de la industria también en el patrocinio (financiación) de la EMC.
Los profesionales muestran un mayor nivel de satisfacción con la oferta de EMC que promueven las sociedades médicas de su especialidad (6,57) y la industria farmacéutica (6,21), y menor con la organizada por sus propios centros e instituciones de trabajo (4,68) y las ofrecidas por los colegios profesionales. (3,9), que no logran aprobar.