“La recertificación es una herramienta que permite garantizar calidad y la seguridad de las actuaciones de los profesionales sanitarios de cara al paciente y al Sistema Nacional de Salud”. Así lo explicó el vicepresidente de la Asociación Española de Derecho Sanitario (AEDS), Julio Sánchez Fierro, durante su ponencia acerca de la ‘Recertificación competencial de los profesionales’ que ofreció en el marco del Congreso Europeo de Oficina de Farmacia (Infarma) que tiene lugar del 13 al 15 de marzo en Madrid.
Para Sánchez Fierro es evidente que la formación del farmacéutico debe ser continua. “Los conocimientos del grado son solo un paso que deben completarse con experiencia y formación continuada” debido a que el entorno farmacéutico “está cambiando continuamente”.
Por ese motivo, para este experto, el desarrollo profesional continuo (DPC) “es una cuestión fundamental sin la que no cabe concebir el futuro de la farmacia” dado que es necesaria una evaluación periódica de competencias para saber si se tiene el nivel adecuado.
En este sentido, el vicepresidente de la AEDS aseguró que “en un futuro no muy lejano” el DPC será obligatorio ya que “es un derecho del farmacéutico, pero un deber con la sociedad, con el SNS y los pacientes, un deber ético expresado en códigos deontológicos” como por ejemplo en el último código aprobado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF).
Obligatoria a medio plazo
Dado que esta cuestión, actualmente voluntaria, pasará a ser obligatorio, este experto en derecho sanitario consideró necesario que se regule por parte del Ministerio de Sanidad para evitar desarrollos de las comunidades autónomas que colisionen entre sí y que tengan una base común. Por eso, Sánchez Fierro solicitó esta regulación central para que, además de una base común, la recertificación en una comunidad autónoma sea válida para otra.
En este sentido, Sánchez Fierro aseguró que en la Comisión de Recursos Humanos del SNS se ha avanzado en este aspecto y explicó que los primeros borradores de real decreto se esperan para este año.
En cuanto a su ejecución, aseguró que deben estar implicadas las sociedades científicas, los colegios profesionales y las administraciones públicas. Las sociedades científicas “detectan las necesidades de formación”; mientras que los colegios profesionales “aportan la certidumbre por su condición de entidad de derecho público”. Además, las administraciones deben participar ya que solo ellas tienen el poder de la certificación.
Por otro lado, consideró importante no mezclar la recertificación con la carrera profesional. La carrera profesional se inscribe “en el ámbito laboral no en el colegial”, por lo que tiene que ver con la posibilidad de desarrollar puestos con otra responsabilidad dentro de una organización, no con las capacidades técnicas.
Por último, este experto aconsejó a los farmacéuticos “sentirse comprometidos con la recertificación ya que en ello va su futuro y el de la profesión”.