La recertificación de los farmacéuticos hospitalarios se va a realizar de un modo similar al que algunas sociedades científicas médicas han puesto en marcha en colaboración con la Organización Médica Colegial (OMC). Los colegios profesionales evalúan algunos aspectos de la práctica del profesional, mientras que las sociedades científicas hacen lo propio con otros elementos en un procedimiento denominado Validación Periódica de la Colegiación - Recertificación (VPC-R).
Esta situación fue explicada durante la mesa moderada por Eva Negro, presidenta del Comité Organizador del Congreso, ‘Formación: nosotros, vosotros, ellos’ que se ha celebrado en el marco del 62 Congreso de la SEFH que se celebra en Madrid del 18 al 21 de octubre,
Tal y como explicó el director de Formación de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Benito García, en la VPC-R, “el colegio evalúa la buena praxis, el adecuado estado psicofísico y la actividad laboral, mientras que las sociedades científicas valoran el desarrollo profesional continuo”. Esta práctica que es habitual en profesionales de primaria y algunas especialidades como oncología médica, se va a trasladar a los farmacéuticos hospitalarios, explicó Benito.
Según el responsable de formación de la SEFH, “el proceso de recertificación, que no está muy definido todavía, es un proceso que garantiza que estás al día, que haces cursos de reciclaje”. En este sentido, avanzó que el Ministerio de Sanidad “establecerá un modelo de desarrollo profesional para el SNS que será voluntario, periódico cada seis años y no punible”.
Por su parte, la vocal nacional de Farmacia Hospitalaria del CGCOF, Ana Herranz, abordó en su intervención las necesidades de formación que tienen los residentes en Farmacia Hospitalaria y las claves que hay que seguir para “preparar a los residentes para las necesidades del SNS en el futuro”.
Según Herranz, se debe trabajar “centrados y orientados a los resultados, proporcionar asistencia en diferentes ámbitos asistenciales y trabajar en equipos multidisdiplinares, flexibles, variados e, incluso, virtuales.
Una de las cuestiones que más preocupan en este ámbito de la formación es el programa de la especialidad, que data de 1999 y está muy desfasado. “Aun así, tenemos mucha base para avanzar aunque no tengamos el programa aprobado”, aseguró la vocal nacional.
Pero una de las cuestiones más relevantes que hay que transmitir a los residentes no se estudia en los libros ni se encuentra en el programa. Se trata de “transmitir valores”, una cuestión que se enseña “con el ejemplo, viviendo de acuerdo a los mismos”, explicó Herranz, que recomendó “hacer las cosas con pasión” que ayuddara a que se “transmitan los valores”.
Formación del paciente
La formación del paciente fue otro de los aspectos abordados en la mesa. El farmacéutico del Hospital La Fe de Valencia Emilio Monte explicó el proyecto eDruida y las implicaciones que tiene para el paciente.
Tal y como explicó Monte, el paciente empoderado es aquél que se informa, contrasta la información obtenida y dialoga con profesionales porque lo que quiere es monitorizar su salud. En este ámbito, los farmacéuticos actúan de forma habitual con el paciente para informar y educar, explicó el farmacéutico valenciano.
Edruida ha venido a ofrecer materiales formativos para los pacientes abordando los temas de interés de un modo transversal, es decir, “que independientemente de la patología, el medicamento o los entorno clínicos, pueda ser útil para el paciente”. De este modo, según Monte, “en vez de poner a la patología en el centro, ponemos al medicamento”.
Monte también puso de manifiesto que las tecnologías de la información y comunicación (TIC) “han contribuido al conocimiento del paciente” y, por ello, reclamó no ver el mundo 2.0 como opuesto a la vida real, sino que debe “alinearse” con ello.