Medicines for Europe (MfE), la entidad que agrupa a los fabricantes de genéricos y biosimilares europeos ha “acogido con satisfacción” la decisión del Parlamento Europeo para instar a la Comisión Europea a “redoblar sus esfuerzos” en la denominada Estrategia de ‘Resiliencia Hídrica’ en que el Ejecutivo de la UE debe presentar antes de este verano.
En una lectura interna para el sector, actualmente muy tensionado por las consecuencias de la ya aprobada Directiva sobre Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas (UWWTD), el genérico europeo considera que el planteamiento del Parlamento ante esta nueva estrategia tiene consecuencias sobre la UWWTD hasta el punto que obliga a “una nueva y exhaustiva evaluación del impacto” de dicha normativa.
Por tanto desde Medicines for Europe se insta a la Comisión Europea “a suspender la aplicación de las disposiciones” de dicha directiva que ya ha sido respaldada por el Consejo Europeo y a “realizar una revisión exhaustiva de su impacto en los productos farmacéuticos para garantizar el acceso de los pacientes a los medicamentos”.
Cabe recordar que, tanto esta entidad como la Federación Europea de la Industria Farmacéuticas (Efpia) y otras entidades, ya mostraron su total rechazo a esta directiva, de la que si bien, “respaldamos los objetivos generales, nos preocupa enormemente su impacto negativo en el acceso de los pacientes a los medicamentos y la competitividad global del sector farmacéutico en Europa”.
En opinión de estas entidades, la decisión sobre la Directiva de Aguas Urbanas “es arbitraria”, ya que sólo dos sectores, el farmacéutico (medicamentos de uso humano) y el cosmético, "pagan por la contaminación causada por otros”.
Igualmente, algunos países, como España, han reportado la necesidad de respetar plenamente el principio de que quien contamina paga y muestran preocupación por los costes que supondrá la aplicación de la política de Responsabilidad Extendida del Productor (EPR).
Desde el primer momento la industria europea ha buscado el amparo argumental otras iniciativas medioambientales estrechamente vinculadas, como es la Estrategia Europea de Resiliencia Hídrica, aportasen una visión más amplia sobre la contaminación de las aguas.
Sin entrar en confirmaciones de ningún tipo, el texto presentado por el socialdemocrata maltés Thomas Bajada en el Parlamento Europeo, amplía un poco más el concepto sobre la contaminación: “La UE debe redoblar sus esfuerzos para reducir la contaminación del agua causada por productos farmacéuticos, pesticidas y fertilizantes químicos, bacterias resistentes a los antibióticos, microplásticos y sustancias químicas, y para eliminar progresivamente las denominadas sustancias químicas permanentes (PFAS)”, señala el documento de recomendaciones que ha sido aprobado por 470 votos a favor, 81 en contra y 92 abstenciones.
El objetivo de la Eurocámara es disponer de “una ambiciosa Estrategia Europea de Resiliencia Hídrica por parte de la Comisión Europea”, que permita a la UE gestionar sus recursos hídricos “de forma más eficiente y responder mejor a los desafíos relacionados con el agua”.
Además, los eurodiputados piden a la Comisión que destine financiación a la resiliencia hídrica, apoyada por mecanismos específicos dentro de los fondos existentes, para modernizar las infraestructuras hídricas, la gestión sostenible del agua, las soluciones basadas en la naturaleza y las tecnologías innovadoras de eficiencia hídrica.
Por el momento, el objetivo de la estrategia consiste en lograr una resiliencia hídrica (lo que viene a entenderse como la capacidad de mantener la disponibilidad y calidad del agua de manera sostenible, incluso ante situaciones adversas), en un horizonte que aún se debate entre 2030 y 2040. Lo que sí está claro es que para el horizonte de 2029 se tiene que culminar la primera de las tres fases del plan, que pasa por garantizar una gestión adecuada de las fuentes de agua. El texto definitivo que plantea la Comisión se conocerá en estos meses, previsiblemente antes del verano.