El control adecuado del colesterol alto, la presión arterial alta, la glucemia alta y el tabaquismo, al mismo tiempo que se fomentan dietas más saludables y actividad física, pueden reducir el riesgo de muerte por ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares repetidos. De hecho, el informe propone que se podrían evitar más de 1 millón de eventos fatales de ECV en la UE durante los próximos 10 años si el 70% de las personas que viven con ECV tuvieran sus factores de riesgo mejor controlados que en la actualidad.
Así lo reconoce un estudio de la London School of Economics and Political Science (LSE), encargado por la Efpia, en el “muestra la oportunidad de salvar cientos de miles de vidas” a través de esas seis recomendaciones que pueden reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares fatales en personas que viven con ECV, siguiendo las pautas médicas.
Las enfermedades cardiovasculares cuestan a la UE 282 mil millones de euros al año, y el 65 % de las muertes evitables por enfermedades cardiovasculares ocurren en la población en edad de trabajar. Si bien las tasas generales de mortalidad han mejorado en las últimas dos décadas, el progreso se ha estancado. Muchos pacientes que han sufrido un evento de ECV son muy vulnerables y es probable que sufran un nuevo ataque cardíaco o un derrame cerebral, a menudo fatal. Por lo tanto, el informe analizó el potencial de salvar las vidas de estos pacientes mediante un mejor control de los factores de riesgo más prevalentes.
"Existe una gran oportunidad para abordar los factores de riesgo reversibles en personas que ya padecen ECV", afirmó Nathalie Moll, directora general de Efpia. "Si se siguen los objetivos y recomendaciones de tratamiento existentes basados en la evidencia, el impacto será profundo".
Las medidas que se plantean en el estudio se transforman en una serie de recomendaciones que pasa por realizar un plan de intervención eficaz en toda la UE del control de la diabetes. Igualmente recomiendan la puesta en marcha del Plan Cardiovascular de la UE: siguiendo la propuesta de la Alianza Europea para la Salud Cardiovascular (EACH), que incluye una mejor implementación de directrices científicas y una financiación sólida.
Por otro lado demandan garantizar el acceso a la asistencia sanitaria relacionada con las ECV, reduciendo las desigualdades en la prevención y el tratamiento de las ECV en toda la UE, así como directrices de tratamiento estandarizadas: garantizar que todos los Estados miembros de la UE sigan directrices estandarizadas para que los pacientes puedan alcanzar sus objetivos de presión arterial, colesterol y glucosa.
Finalmente demandan la mejora de la recopilación de datos en toda la UE para permitir estimaciones más precisas del poder de la prevención secundaria optimizada y el cálculo de costes-beneficios, y la aplicación de incentivos del sistema de salud: diseñar incentivos (por ejemplo, indicadores clave de desempeño y esquemas de pago por desempeño) para aumentar la proporción de pacientes que alcanzan los objetivos.