Política

La esperanza de vida en España puede alcanzar los 84,8 años en 2030

Nuestro país podría superar a Japón, EE.UU. y la UE en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la salud, según las proyecciones de un estudio de ISGlobal

España podría superar para 2030, Japón, Estados Unidos y la UE en la mayoría de los indicadores saludables a nivel mundial y si bien aquellos relativos al consumo de alcohol, el sobrepeso infantil, la prevalencia del tabaquismo y el abuso sexual infantil “seguirán con nota baja”, para 2030 se espera que la esperanza de vida en España alcance los 84,8 años (87,2 para las mujeres y 82,3 para los hombres).

Así lo asegura en sus conclusiones un estudio realizado por el grupo colaborativo del Estudio de la Carga Mundial de las Enfermedades en España, liderado por ISGlobal y el CIBER, que ha utilizado datos del informe GBD de 2019 para ofrecer un retrato detallado de la salud en España antes de la pandemia y hacer previsiones sobre el cumplimiento de las metas de salud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030.  

"El objetivo de este estudio era identificar mejor las necesidades en salud no cubiertas en España, guiar intervenciones apropiadas y proporcionar información sobre las tendencias futuras en salud", explica Jeffrey V Lazarus, jefe del Grupo de Investigación en Sistemas de Salud y codirector del Programa de Infecciones Virales y Bacterianas de ISGlobal, centro impulsado por la Fundación “la Caixa”.  

El estudio GBD 2019 incluye 369 enfermedades, lesiones y discapacidades, y 87 factores de riesgo y combinaciones de los mismos.  En 2019, casi el 90% de las muertes y enfermedades en España se debieron a enfermedades no transmisibles (ENT), en particular cardiopatía isquémica, ictus, EPOC, Alzheimer y cáncer de pulmón. El dolor de espalda y la depresión también contribuyen considerablemente a la carga de enfermedad en España, especialmente en el caso de las mujeres. Los principales factores de riesgo de muerte y enfermedad fueron el tabaquismo, el índice de masa corporal elevado e hiperglucemia o diabetes. “Los resultados muestran claramente la influencia del sedentarismo y del envejecimiento de la población”, afirma Joan B Soriano, coautor senior del estudio e investigador del CIBERES en el Servicio de Neumología del Hospital Universitario de la Princesa en Madrid. “Pero son los factores de riesgo conductuales, como el tabaquismo y la mala alimentación, y los ambientales como la contaminación atmosférica, o el más recientemente añadido de la temperatura ambiental sub-óptima, los que agregaron una carga significativa a la mala salud de la población española”, añade.

El equipo de investigación utilizó 41 indicadores (como la prevalencia del tabaquismo, la contaminación del aire, la violencia de pareja y la cobertura de vacunas) para medir el progreso de España hacia el ODS3 (garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades). En 2019, España ocupaba el puesto 20 de 195 países y territorios.

Recomendaciones

"Como gran parte de Europa, España ha experimentado un rápido envejecimiento de la población por el aumento en la esperanza de vida y la disminución en mortalidad y fecundidad", afirma Lazarus. Para hacer frente a esto, habrá que centrarse en promover la salud y la atención a las personas mayores reforzando los centros de cuidados de larga duración, los servicios de apoyo social y la telemedicina. Las medidas de protección social, como las pensiones y las bajas por enfermedad, son intervenciones clave para contrarrestar el coste del envejecimiento de la población, pero los autores advierten de que estas políticas pueden no cubrir a aquellos que están fuera del sistema formal de empleo.

También hay que vigilar el tabaquismo, la mala alimentación y los factores ambientales.  "Los beneficios de la dieta mediterránea se ven amenazados por el sobrepeso y los altos niveles de glucosa, que aumentan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y metabólicas", añade Lazarus. Habría que rediseñar las políticas públicas para atajar el sedentarismo. 

Por último, los autores señalan que un reto importante en España es coordinar las 17 regiones y el gobierno nacional, y proporcionar datos regionales desglosados por grupos específicos, incluyendo los migrantes y las personas sin hogar. "Estos datos nos ayudarán a evaluar cómo la crisis financiera de 2008 y la actual pandemia de Covid han influido, y seguirán influyendo, en la trayectoria de salud de España", afirma Lazarus.

En este estudio, realizado por un grupo colaborativo de investigadores del GBD, han participado investigadores de ISGlobal, de diversas áreas CIBER como el de Enfermedades Respiratorias (CIBERES), de Salud Mental (CIBERSAM) y de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP); del IDIBELL, del Institut Català d’Oncologia e Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (ICO-IDIBELL), la Universidad de Barcelona, el Hospital Sant Joan de Deu, el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, la Universidad Autónoma de Madrid, el Hospital Universitario La Princesa y la Universidad de Washington.

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