Profesión

La FIP llama a “crear conciencia” sobre el potencial farmacéutico en los responsables políticos

Un artículo conjunto de FIP y OMS publicado en Lancet llama la atención sobre la capacidad de la profesión para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios

Un documento de posicionamiento coescrito por funcionarios de la Oficina Regional de la OMS para Europa y la FIP, en The Lancet ha lanzado un llamamiento para trabajar en “crear conciencia” sobre “el potencial” que la profesión farmacéutica puede tener en el desarrollo de los sistemas sanitarios y especialmente de los costes.

El documento se ha  realizado en el contexto de la reunión que la FIP y la Oficina Regional han celebrado en  Copenhague, cuyo objetivo ha sido mostrar en qué pueden y deben contribuir los farmacéuticos a la prestación de atención médica y cómo encajan estas funciones en el Enfoque multidisciplinario de la salud en el ámbito hospitalario y comunitario”.

El trabajo llama la atención en primer lugar en “la escasez universal de trabajadores sanitarios cualificados” y plantea “una solución que radica en redefinir y redistribuir las tareas entre los diferentes proveedores de atención sanitaria para seguir el ritmo de las necesidades de los pacientes, los avances en la educación profesional y las nuevas tecnologías”. En este plano, la contribución de los farmacéuticos a la consecución de las prioridades del sistema de salud “se vuelve fundamental”. Igualmente, indican que los farmacéuticos, “en particular los que trabajan en entornos comunitarios, son profesionales de la salud esenciales, pero a menudo ignorados, que pueden marcar la diferencia en la mejora de la prestación de atención médica”.

OMS y FIP plantean varios factores que impiden ampliar el rol farmacéutico en Europa. Junto a “una visión histórica de la prestación de servicios de salud basada en la atención secundaria que tiende a enfatizar el papel de los médicos”, también son comunes los problemas relacionados con “las barreras legales, los modelos de prestación eficaces, la financiación y la participación inconsistente de las organizaciones profesionales de farmacéuticos en el desarrollo de estrategias de programas de enfermedades”.

Según explican, todo ello “conduce a una transformación lenta y desigual, que tiene un costo significativo para los sistemas de salud. No es solo un costo de oportunidad; también conduce a mayores gastos debido a la detección tardía de enfermedades, el uso subóptimo de medicamentos y las pérdidas en el seguimiento de los pacientes”.

Los farmacéuticos se encuentran entre los profesionales de la atención sanitaria “más accesibles, visitados con frecuencia y de mayor confianza” y ello “les permite contribuir sustancialmente a la prevención de enfermedades, incluso a través de la vacunación, la detección temprana, el alivio de los síntomas y el manejo de las enfermedades crónicas”.

Igualmente, los farmacéuticos también desempeñan un papel crucial “en la información y la facilitación del autocuidado, la realización de derivaciones adecuadas, la contribución a la adherencia a la medicación y el uso responsable de medicamentos y recursos”. En este sentido recuerdan que la profesión “contribuye a la atención oportuna de los pacientes, reduciendo la presión sobre los servicios de atención primaria y de urgencias, es a través de planes de atención a enfermedades comunes, en los que las farmacias son el lugar principal para tratar una variedad de afecciones menores y una puerta de acceso a la atención sanitaria”.

En relación a mejorar las prácticas de inclusión de los farmacéuticos, OMS y FIP plantean “un diálogo inclusivo sobre políticas, los países pueden identificar los roles específicos del contexto que los farmacéuticos pueden desempeñar en la prestación de servicios de salud y adoptar políticas que los faciliten y describan las condiciones elegibles, las responsabilidades de los farmacéuticos y sus protocolos operativos, los insumos necesarios, como conocimientos y habilidades, o la disponibilidad de infraestructura para la prestación de servicios de farmacia, los marcos de apoyo, como los sistemas digitales integrados y las vías de atención al paciente, los mecanismos de financiamiento para garantizar la sostenibilidad de los servicios de farmacia, el monitoreo de la calidad del servicio y las hojas de ruta para la integración de los servicios de los farmacéuticos en el ecosistema de la atención de salud.

“Al aprovechar todo su potencial y conjunto de habilidades, los farmacéuticos pueden desempeñar un papel central en la reforma de la atención primaria de salud y en el avance hacia la cobertura sanitaria universal. Sus contribuciones son invaluables y su potencial es enorme”, aseguran, concluyendo finalmente que “es hora de que reconozcamos plenamente esto y utilicemos sus capacidades en nuestro camino hacia una mejor salud para todos. Funciones ampliadas de los farmacéuticos en la prestación de servicios de salud”.

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