Profesión

El farmacéutico mejora la seguridad en la atención domiciliaria

La intervención del farmacéutico, junto con los médicos y enfermeras, en el equipo de atención domiciliaria (AtDom) mejorara tanto los resultados clínicos como los relacionados con la medicación de los pacientes, hecho que se traduciría en una mejor calidad de vida para estos usuarios. Así se ha concluido en un estudio elaborado por un equipo multidisciplinar formado por médicos, enfermeras y farmacéuticas que hizo el seguimiento de 50 pacientes que recibían este servicio en el CAP Montegre de Barcelona.

El proyecto, que ha contado con el apoyo de un accésit recibido en el marco de las becas del COF de Barcelona durante el curso 2014-2015, permitió detectar una media de cinco problemas relacionados con medicamentos (PRM) en los pacientes incluidos en el estudio. Estos 50 pacientes tomaban una media de 9,4 fármacos y se detectaron un total de 255 problemas relacionados con la medicación. Entre los más comunes se encontraban problemas de interacción farmacológica, efectos secundarios e inadecuación de la dosis, pauta y/o duración del tratamiento.

El papel del farmacéutico consistía, en primer lugar, en revisar la historia clínica del paciente con el equipo de atención domiciliaria del CAP y, después de haber visitado el domicilio de los pacientes, evaluar o identificar los posibles problemas relacionados con la medicación y el riesgo de aparición de resultados negativos de la medicación. En segundo lugar, hacían una propuesta de intervenciones de mejora al resto del equipo centrándose en la monitorización activa por parte del médico y/o enfermera, el ajuste de dosis o la retirada de un medicamento y el cambio en un principio activo. De las 143 intervenciones propuestas, un 76% fueron aceptadas.

Para garantizar un uso efectivo y seguro de los medicamentos, un buen servicio al alcance de este sector de la población es el Sistema Personalizado de Dosificación (SPD), tal y como explica el COF de Barcelona. Con este sistema se facilita la adherencia al tratamiento y un seguimiento más específico de si se está tomando adecuadamente la medicación. Actualmente ya son más de 21.500 personas que lo utilizan en Barcelona, y de hecho, en el proyecto la farmacéutica y miembros del equipo consideraron que entre el 72% y 90% de los pacientes se podrían beneficiar de ser incluidos en el programa de SPD.

Otro aspecto que evidenció el proyecto fue que el coste sanitario medio en seis meses de los pacientes de AtDom era elevado (3.533€ por paciente) y la atención primaria suponía casi el 60% del coste total de los pacientes. Sin embargo, “el coste relativo de integrar al farmacéutico supone un gasto que no llega a un incremento del 10%”, explica María Rubio, profesora asociada de la Universidad de Barcelona y portavoz de la investigación.

También se calculó que incluir pacientes en el programa de SPD supondría un incremento medio en el gasto de estos pacientes del 38,3%, hecho que el equipo valora como relativamente bajo si se tiene en cuenta la elevada carga que este tipo de pacientes supone para el sistema sanitario. A su vez, controlar la medicación a través del SPD también tendría beneficios económicos y de salud, puesto que al reducir el número de problemas relacionados con la medicación se pueden evitar ingresos hospitalarios que requerirían intervenciones más costosas.

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