Conciliación y revisión de la medicación, más cerca de ser realidad

Artículo de opinión de José María López Alemany, director de Diariofarma.

La conciliación y la revisión de la medicación son dos servicios farmacéuticos profesionales asistenciales que podrían ser incluidos próximamente en la Cartera Básica del SNS. De momento, solo se trata de una posibilidad que avanzó la directora general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, Encarna Cruz, pero conociendo su tenacidad e impulso, además de la oportunidad y necesidad de su implantación, no me cabe duda de que así será.

Son múltiples los estudios que alertan del impacto que tienen los problemas relacionados con los medicamentos en la demanda de asistencia sanitaria y, en particular, las visitas a urgencias e ingresos. Una situación que, además del riesgo sanitario, implica un importante coste para las arcas públicas. Un impacto y unos costes que serían fácilmente reducibles si se actuara profesionalmente ante las situaciones que pueden propiciar un mayor riesgo. Y ahí es donde estamos en estos momentos.

Cruz es conocedora de la importancia de las actividades de revisión de los medicamentos que los pacientes toman en las transiciones entre niveles asistenciales y, de forma cotidiana en los pacientes con regímenes complejos. Por ese motivo, si de ella depende, la incorporación de esta actividad a la cartera básica de servicios del SNS será una realidad y una buena noticia para los farmacéuticos (de todos los niveles asistenciales), los médicos y, especialmente para los pacientes. Para todos los pacientes.

Incorporar estos servicios en la cartera del SNS, además de beneficiar de forma homogénea a los pacientes de todas las comunidades autónomas, otorgará un papel incremental a todos los farmacéuticos, que serán responsables de velar por el buen uso de los medicamentos y reducir las confusiones y equivocaciones de los pacientes.

En estos dos servicios se ha trabajado desde las distintas organizaciones profesionales, como el Consejo General y los Colegios de Farmacéuticos, pero también desde las sociedades científicas (Sociedad Española de Farmacia  Hospitalaria (SEFH) y Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria) así como fundaciones como Pharmaceutical Care. Por ello, tendrán mucho que aportar para su desarrollo e implantación.

Por ese motivo, animo a Cruz a iniciar la definición de los servicios y de sus beneficiarios, así como a abordar su puesta en marcha y financiación en colaboración con los profesionales.