La Organización Médica Colegial (OMC) organizó, junto al Colegio de Médicos de A Coruña (COMC), la Fundación para la Cooperación Internacional de la OMC (FCOMCI), el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y el Colegio de Farmacéuticos de A Coruña (COFC), el III Congreso de Cooperación Internacional, en el que participaron 300 profesionales sanitarios, instituciones y ONG nacionales e internacionales del ámbito de la cooperación y donde se firmó la 'Declaración de Santiago', por la que se solicitó a los gobiernos la puesta en marcha de medidas para paliar la falta de medicamentos esenciales a nivel mundial. Justificaron esta solicitud con la necesidad de dar cumplimiento al derecho humano a la asistencia médica y los servicios sociales necesarios, identificando el derecho de acceso a estos medicamentos con el derecho a la salud.
"Los Gobiernos deben tener voluntad política y tomar medidas urgentes para que estos medicamentos estén disponibles en cualquier lugar y en todo momento, en cantidades suficientes, y con garantías de seguridad, efectividad y calidad, y a un precio asequible", reza la declaración, en la que se aboga por el establecimiento de protocolos con soporte financiero y acciones logísticas que sirvan para garantizar el suministro de los mismos.
En el apartado económico, instan al Gobierno de España, a los gobiernos autonómicos y municipales, a designar el 0,7% de su presupuesto a la cooperación internacional, en cumplimiento de los compromisos de la Unión Europea. De esta forma, podrían contribuir, aunque sea levemente, a contrarrestar un problema, el del acceso a medicamentos esenciales, que podría estar constando la vida a unos 6 millones de personas anualmente. Y es que, según cifras de la OMS, hay 2.000 millones de personas que no tienen acceso a estos fármacos.
Para los firmantes, poner fin a las desigualdades existentes alrededor del Planeta pasa, en parte, por terminar con los problemas de acceso a productos, como los medicamentos, que son esenciales para la vida humana. Por eso, consideran que es urgente, también, el diseño y aprobación de un marco normativo, de aplicación global, que penalice el tráfico de medicamentos de baja calidad y falsificados, y que sirva de palanca para el desarrollo de industrias locales que aseguren una producción de fármacos básicos de calidad y asequibles para toda la población.
En la Declaración se aprovecha para poner en valor la labor de instituciones, ONG, la sanidad militar, los colegios profesionales sanitarios y las secciones de cooperación de las sociedades científicas, entre otros, de cara a fortalecer los sistemas nacionales de salud en los países más desfavorecidos. No obstante, el documento culmina apelando al "compromiso" de todos los colectivos profesionales sanitarios y no sanitarios con la ayuda a los más vulnerables, para conseguir una mejor salud para todos.