Artículo de opinión de Francisco Rosa, periodista especializado en el sector farmacéutico.
¡Qué gusto da ver a dos personas, a dos profesionales de prestigio dentro del sector de la Farmacia Hospitalaria, como son Olga Delgado y Javier García Pellicer, centrados en la proposición constructiva, en llevar a cabo una competencia sana, eludiendo cualquier mensaje que pueda herir la sensibilidad del oponente, que no enemigo, en las próximas elecciones de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH)!
Y da más gusto, si cabe, en estos días, en los que en la arena política se ha escenificado una nueva entrega de esta obra teatral con predominio del reproche mutuo y la desconfianza, reflejos ambos de la incapacidad de unos y otros para encontrar los puntos que les unen, en vez de centrarse en los que les separan.
¡Qué gusto, y qué envidia a la vez! ¡Qué ganas dan de dimitir del papel de ciudadano y sujeto político y convertirse uno, aunque sea durante unos días, en farmacéutico hospitalario! Al menos ellos tienen la certeza de que, gane quien gane, desde el día 1 después de los comicios, habrá un equipo dispuesto a darlo todo por defender el interés común.
Y es que ésa es la principal diferencia, la clave que distingue lo que ocurre en la política nacional de lo que parece que va a ocurrir en las elecciones de la SEFH: los contendientes de este proceso tienen claro por lo que luchar, que no es otra cosa que seguir edificando una sociedad científica capaz de responder a las necesidades de sus socios, en el plano organizativo, y también de los pacientes, en el plano asistencial. Nuestros representantes políticos, en cambio, ¿por qué están luchando?
Para los candidatos a las elecciones a la SEFH, no hay nada por encima de ese objetivo que describía anteriormente, la defensa del interés común. Me ciño para afirmar esto a lo que han transmitido en las entrevistas que hemos realizado a ambos en Diariofarma de cara a ese proceso electoral.
En ellas no ha sonado ni una palabra más alta que otra en referencia a la junta saliente o a la otra candidatura. Ni on ni off the record. Ambos tenían clara la premisa de que cualquier ataque, cualquier intento de embarrar la campaña, solo va a tener un perjudicado: la Sociedad que les representa a todos. Y eso no le interesa a nadie.
¿Son capaces de imaginar qué sería de este país si fuera ése el tono y el ánimo de todos y cada uno de nuestros representantes políticos?
Ojalá que los socios de la SEFH sepan apreciar esta lección de buena praxis que están dando García Pellicer y Delgado, y sus respectivos equipos, y que se animen a votar, ahora que por fin van a disponer de esa oportunidad. Los FH tienen la suerte de que, elijan al candidato que elijan, van a estar representados por gente dispuesta y centrada en mejorar sus vidas, en este caso sus vidas profesionales e, indirectamente, las de todos nosotros, como pacientes que somos. ¡Quién pudiera decir lo mismo!
Suerte a ambos y... ¡que gane el mejor!
Francisco Rosa es coordinador de contenidos en Diariofarma